«No es una abaya», en Lyon, estas estudiantes cuestionan su marginación y evocan «un vestido sencillo»


Jean-Luc Boujon (corresponsal en Lyon) / Crédito de la foto: JEFF PACHOUD / AFP

yoprohibición de abaya en las escuelas, decidido por el Ministro de Educación Gabriel Attal, ¿será respetado? Ésta es la pregunta que se hacían todos los directores la mañana de este lunes, pocas horas antes de dar la bienvenida a los alumnos para el inicio del curso escolar. Según el Primer Ministro Elisabeth Borneviajando por Ille y Vilaine, junto a Gabriel Attal, no se reportaron incidentes importantes.

Sin embargo, el jefe de gobierno reconoció que algunas jóvenes habían intentado desafiar la prohibición. Este fue particularmente el caso en el instituto La Martinière, en el barrio de La Duchère de Lyon, donde 12 estudiantes, de los 500 acogidos, se presentaron en abaya. Las jóvenes pudieron entrar en el establecimiento, pero rápidamente fueron redirigidas a una habitación separada para encontrarse con dos asesores de laicidad y con el director.

«Siento que me tratan como a un animal»

Tres de ellos aceptaron rápidamente cambiarse y así pudieron unirse a sus compañeros de clase. En cuanto a los otros nueve, se vieron obligados a permanecer al margen en esta habitación, lo que a Yousra, de 20 años, no le gustó. «Siento que me tratan como a un animal. Realmente no entiendo sus razonamientos», dijo mientras aseguraba que su prenda no era una abaya. «Es un vestido bastante grueso, largo, de manga más o menos corta y con kimono. No es una abaya en absoluto. Una abaya queda ajustada en la muñeca y lo cubre todo», asegura.

Un argumento esgrimido sistemáticamente por estas jóvenes que refutan el carácter religioso de su vestimenta y evocan «un vestido sencillo». Por tanto, era necesario explicar las nuevas normas y dialogar, según el director Olivier Coutarel: «Se trata de ver si, para un colectivo, llama la atención sobre una afiliación religiosa. Vamos a hablar con los estudiantes y sus familias para llegar lo más rápido posible a una situación que les permita continuar con mucha serenidad una educación que no pretende ser interrumpida.

Por tanto, los nueve estudiantes abandonaron el establecimiento después de dos horas, al igual que sus compañeros, con su nuevo horario. Y una instrucción para la jornada del martes: llevar ropa que respete la nueva prohibición.



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