“Nuestra dificultad para “ponernos en el lugar” de los demás tiene graves consecuencias sociales y políticas”


“Otros no piensan como yo. » Alrededor de los 5 años, el niño toma conciencia de esta realidad que marca una etapa decisiva en su comprensión del mundo. Un logro con graves consecuencias tanto para la vida en sociedad (amistosa, romántica, académica, profesional) como para los debates políticos. Gobierna la visión que tenemos de “las personas que no son como nosotros”.

Boris Cyrulnik cuenta de manera fascinante en Cuarenta ladrones en privación emocional. Peleas de animales y guerras humanas. (Odile Jacob, 358 páginas, 23,40 euros) ¿Cómo se construye la empatía? “capacidad de descentrarse del propio mundo para representar el mundo de otro”, ponerse en el lugar de los demás, incluso sentir su sufrimiento. Este aprendizaje del “gusto de los demás” es fundamental porque, escribe el neuropsiquiatra, cada uno “Necesita otro mundo mental para comprender mejor el suyo”. Pero esto requiere esfuerzo, incluso educación, para superar un obstáculo universal: “Cuanto más lejos esté el otro de mi mundo, cuanto menos imagino sus sufrimientos. »

Son innumerables los hechos sociales, desde el tratamiento del acoso escolar por parte de la educación nacional, hasta ciertas reacciones masculinas ante la ola #metoo, pasando por las relaciones entre los jóvenes y la policía o las agresiones racistas, que pueden ser analizadas a través de este prisma. La carta amenazante enviada por el rectorado de Versalles a los padres de Nicolas, el estudiante de secundaria de 15 años que se suicidó a principios de septiembre, refleja una operación burocrática preocupante, pero también una incapacidad de “ponerse en el lugar” de los usuarios del servicio público de educación y al diálogo con quienes, ante el silencio de la institución ante su angustia, no tienen otra opción que alzar la voz.

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El aprendizaje puede extenderse infinitamente

En un registro completamente distinto, la negativa de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, ​​a reconocer su beso forzado contra la jugadora Jenni Hermoso, refleja tanto el orgullo machista de un hombre en situación de poder, como su incapacidad imaginar el significado de su gesto para con su víctima. Podríamos multiplicar los ejemplos y elaborar una lista de las consecuencias sociales y políticas que se derivan de nuestra dificultad para “ponernos en el lugar” de los demás. Comprender lo que significa estar constantemente sometido a controles policiales o a alusiones a los propios orígenes cuando nunca se experimenta uno mismo. Imaginar las situaciones insoportables de las que huyen los inmigrantes y comprender por qué están dispuestos a arriesgar sus vidas para llegar a Europa, muy lejos de nuestra escala de riesgos aceptables.

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