Pensiones: la delicada misión de los ministros enviados «al encuentro de los franceses» para defender la reforma


“¡Tenemos un invitado sorpresa esta noche! » Son poco más de las 20.00 horas de este miércoles 18 de enero, y ya está en marcha la reunión pública sobre la reforma de las pensiones, cuando Elisabeth Borne hace una notable entrada en la sala del teatro Antoine-Watteau de Nogent-sur-Marne. Al aplauso de la cincuentena de personas de este pudiente pueblo de Val-de-Marne, que acudieron a plantear sus preguntas al diputado local (Renacimiento) Mathieu Lefèvre, y al Ministro de Trabajo, Olivier Dussopt – a quien varios participantes admitieron no haber reconocido a su llegada – la Primera Ministra da un paso al frente, encantada con su efecto. ella está aquí para » intercambio » y recordemos la línea del gobierno: la reforma de las pensiones pretende “Garantizar el futuro de nuestro sistema, hoy en peligro” a través de un proyecto de » justicia » y » progreso social «.

Al día siguiente de la presentación de los términos de la reforma, el 10 de enero, el presidente de la República, Emmanuel Macron, había instado a su gobierno a ir y hacer «pedagogía» sobre el terreno. Entre una mañana de radio y una entrevista con la prensa diaria regional, varios de ellos optaron por reencontrarse con un formato que había florecido en la época del gran debate de 2019: el encuentro público. «Hablamos mucho con los sindicatos y la oposición, ahora nos toca conocer a los franceses»justifica la comitiva de Gabriel Attal, ministro delegado de Presupuestos, quien indica que quiere mantener el ritmo de una reunión por semana.

El primero, que se celebró el 12 de enero, reunió a una cincuentena de personas –comerciantes, pequeños empresarios, cuidadores, bomberos, trabajadores, funcionarios…– en la sala polivalente de Juvisy (Essonne), por invitación del diputado (Renacimiento , ex-Les Républicains) Robin Reda. El ejercicio, en territorio electoral conquistado, no impidió un fuerte fuego de preguntas, reflejando las preocupaciones, incluso el enfado de los participantes.

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“Mi esposo trabaja en Rungis, se levanta a las 2 a.m. todas las mañanas, carga cargas pesadas, camina de 15 a 17 kilómetros por noche. Si se detiene en 64, me pregunto cómo le irá”, explica Sofía. Emmanuel es bombero profesional desde hace treinta años: “Trabajar dos años más me llevará a los 59 años. Llevar 40 kilos de equipo a la espalda está bien cuando tienes 20, 30, 40 años. Llegado a los 50, comienza a tirar seriamente de la cuerda. “¿Y los aprendices, que empiezan a los 16, se levantan a las 3 de la mañana para sacar 350 euros? », lanza un panadero.

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