Plástico: inteligencia artificial capaz de rastrear la contaminación en todo el planeta


Jean-Zeid

Cada mañana, Jean Zeid ofrece lo mejor en términos de innovación. Este lunes se interesa por una inteligencia artificial capaz de rastrear la contaminación plástica en todo el planeta.

Este lunes por la mañana, una inteligencia artificial capaz de rastrear la contaminación plástica en todo el planeta.
La idea es utilizar imágenes de satélite para alimentar un algoritmo para que la TI reconozca estas fuentes de plásticos.
Algunas cifras: cada año se depositan entre 19 y 23 millones de toneladas de residuos plásticos en los medios acuáticos del planeta. Océano, mar, río, curso de agua, todo va allí. Si no se reducen las emisiones de plástico, esta cifra podría aumentar a 53 millones de toneladas en 2030.
En 2023, habrá 200 millones de toneladas de residuos plásticos en los océanos del mundo. Y todo esto vuelve a nuestros platos ya que la comida para peces no es inmune a esta contaminación.
Técnicamente, ¿cómo funciona este sistema de reconocimiento?
Ésta es la cuestión central de un estudio realizado por una universidad holandesa y una escuela de ingeniería con sede en Lausana, Suiza. De hecho, sólo una ínfima parte de los residuos plásticos flota en la superficie, una gran parte acaba arrastrada a la costa. El resto se descompone en micropartículas antes de depositarse en el fondo. Si esta última parte se considera irrecuperable, lo que flota en la superficie o se acumula en la costa se puede recoger, sobre todo mediante barco.
Para ayudar a identificar las zonas donde se concentran los residuos plásticos, los investigadores han desarrollado un método de detección automática basado en inteligencia artificial. Y desarrollaron una prueba a gran escala utilizando imágenes disponibles gratuitamente de los satélites Sentinel-2, el apodo de los satélites de la Agencia Espacial Europea.
¿Por qué utilizar la inteligencia artificial?
Porque sería casi imposible procesar manualmente la enorme base de datos de imágenes de satélite. El funcionamiento de una IA generativa que está en auge es exactamente ese. Se le inyectan millones de datos para que pueda realizar una o varias tareas más o menos complejas, como charlar con un humano o reconocer residuos de plástico. Lo cual no es sencillo. Por ejemplo, la inteligencia artificial ya debería poder identificar la presencia de nubes. Esta misma IA debe ser capaz de distinguir objetos flotantes de origen natural, madera flotante o algas, de objetos de origen humano como el plástico.
¿Qué pasa si la investigación es concluyente?
Y para esta tarea se movilizarán numerosos satélites europeos con el fin de dirigir una flota de barcos para recuperar la contaminación plástica y, por qué no, construir un satélite dedicado a este tema en los próximos años.



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