Polonia sacudida por el escándalo de corrupción de visas


El escándalo mantiene en vilo a la opinión pública polaca desde principios de septiembre con giros dignos de un auténtico thriller. En cuestión: visas polacas para trabajadores extranjeros obtenidas mediante sobornos para acelerar el procedimiento. Las solicitudes fueron presentadas a las misiones diplomáticas polacas en Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, India, Arabia Saudita, Qatar, Singapur, Filipinas y Taiwán. Según varios medios, las sumas pagadas oscilaron entre unos cientos y algunas decenas de miles de euros.

Todo empezó el 31 de agosto con la destitución silenciosa de Piotr Wawrzyk, viceministro de Asuntos Exteriores, responsable de los asuntos consulares. Un lacónico comunicado de prensa del ministerio, publicado al día siguiente, invoca una “falta de cooperación satisfactoria”. El abogado, como señalaron los medios de comunicación, fue eliminado casi al mismo tiempo de la lista electoral de Ley y Justicia (PiS), el partido gobernante, en la que se presentaría para un nuevo mandato en las elecciones legislativas de octubre. 15.

“Red de inmigración ilegal”

Entonces, el diario liberal Gazeta Wyborcza revela que, el 31 de agosto, agentes de la Oficina Central Anticorrupción incautaron el equipo del ex viceministro y realizaron interrogatorios dentro de su departamento. Ante el silencio del gobierno, y mientras el sitio de información en línea onet garantiza que el alto funcionario público esté en el centro de“una red de inmigración ilegal procedente de Asia y África” impulsada a través de consulados y empresas externas, la oposición retomó el asunto.

[C’est] Probablemente el mayor escándalo de Polonia en el siglo XXI.mi siglo «denuncia el ex primer ministro y líder de la oposición Donald Tusk, afirmando que «Cientos de miles de personas con visas polacas fueron introducidas clandestinamente en nuestro país».

Avergonzado, el gobierno, que había hecho de la inmigración uno de los pilares de su campaña –hasta el punto de dedicarle dos de las cuatro preguntas del referéndum al mismo tiempo que la votación legislativa del 15 de octubre– minimizó la magnitud de los hechos. El Ministro de Asuntos Exteriores, Zbigniew Rau, de viaje a Nueva York el lunes 18 de septiembre con vistas a la Asamblea General de la ONU, declaró que no “sentirse cómplice del escándalo de los visados, que no existe”. Sin embargo, su ministerio anunció tres días antes, en un nuevo comunicado de prensa, el despido, esta vez, del jefe de su oficina jurídica, Jakub Osajda. Otras medidas adoptadas: también se suspendieron los acuerdos con empresas subcontratistas que anteriormente se ocupaban de las solicitudes de visado y se inició una auditoría de los consulados polacos.

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