No hay garantías en el mundo del espectáculo, y actores históricos como Colin Farrell lo saben mejor que nadie. «Siempre es una especie de riesgo», explicó el actor. «Hice cosas que se suponía que debían tener cierto éxito y se desperdició dinero en el presupuesto… y se suponía que iban a encontrar una audiencia y no lo hicieron».
Unirse a una franquicia popular puede dar a conocer su nombre, pero un director con una visión sólida, como Yorgos Lanthimos, también puede elevar la carrera de un actor. Protagonizar «The Lobster» fue una elección fácil para Farrell porque era un gran admirador de los primeros trabajos del cineasta. «En todo caso, después de haber visto ‘Dogtooth’ y ‘Alps’, [‘The Lobster’] fue menos arriesgado que la mayoría de las películas que he hecho, porque su trabajo es muy sólido», concluyó Farrell.
El actor se sintió atraído por los exámenes de psicología y estructura social de Lanthimos. El escritor y director es «alguien que está interesado en el tira y afloja de lo que es ser un ser humano», dijo Farrell. «En la soledad, en cómo aprendemos a través del ejemplo y la observación, en cómo seguimos o rompemos las reglas, en si las reglas son un servicio o un perjuicio para nosotros».
Películas como «The Lobster» tuercen convenciones sociales específicas para examinar su función en la sociedad, como el matrimonio y las relaciones. Farrell se adaptó al mundo distópico de «The Lobster» al pensar «en 1942, con Alemania viviendo bajo la conformidad de Hitler», reveló a Awards Daily. Tenía fe en Lanthimos como narrador y entregó el control al director.