Akiva Goldsman quería volver a las «tragedias paralelas» originales de Batman y Robin. Ambos perdieron a sus padres a manos de delincuentes y, como resultado, ambos decidieron dedicarse a la lucha contra el crimen. Esto iba a estar en contraste directo con la interpretación de corazón puro de Burt Ward del personaje que era tan saludable como para ser cómico. También fue para compensar a los varios Robins que han sido asesinados a lo largo de los años, en particular Justin Todd, un Robin que fue asesinado a golpes con una palanca. Goldsman dijo:
«Dick Grayson es realmente un personaje muy interesante; uno de los personajes más difamados de la serie Batman. Robin es asesinado una y otra vez en los cómics, en sus diversas identidades. Pero creo que el Robin más verdadero y puro siempre será ser Dick Grayson. Aquí hay un joven cuya tragedia se hace eco muy claramente de la del joven Bruce Wayne, y nuevamente, tratamos de hacer que ese escenario emocional sea más auténtico para ambos personajes mientras mantenemos la comedia intensificada, el drama y la diversión de los cómics».
La solución de Joel Schumacher fue convertir a Robin de un niño prodigio en un joven amargado de unos 21 años. Este era un Robin que ya andaba en motocicleta y podía beber en bares de motociclistas. Batman, entonces, no serviría como una figura paterna suplente para Robin, sino más bien como un hermano mayor. Además, el mayordomo de Batman, Alfted (Michael Gough), ya desempeñó el papel de padre sustituto. La dinámica fraternal permitiría una relación más conflictiva entre los héroes, además de ubicarlos más como iguales.