Entonces, si Aaron Korsh basó (vagamente) el personaje de Harvey Specter en su antiguo jefe, ¿se suponía que Mike Ross era una versión de sí mismo? La respuesta es… ¡más o menos! Aunque el creador de «Suits» niega tener memoria fotográfica, explica: «Pude tener un muy buen desempeño académico con poco o ningún esfuerzo y fue, diría yo, una bendición y una maldición. De alguna manera, pude hacerlo muy bien, pero eso me presionó para que lo hiciera muy bien sin intentarlo. O en cierto modo me presioné a mí mismo. […] para impresionar a la gente y mostrarles lo inteligente que era». ¡Sí, eso suena un poco a Mike!
Pero ahí es donde terminó, en su mayor parte, la mezcla entre realidad y ficción. Tanto Harvey como Mike se convirtieron en personajes muy diferentes de los de la primera temporada, ayudados en gran parte por las muchas experiencias que compartieron juntos. Cuando se le preguntó si los «Suits» se derivaban de casos del mundo real, Korsh lo rechazó con bastante rapidez:
«Intentamos no utilizar casos reales sólo porque […] Mi regla siempre ha sido: no tiene que ser real, sólo tiene que parecer real. Porque a veces la forma en que sería en realidad no es tan interesante o emocionante. Por eso intentamos alejarnos de los casos reales. A veces, obviamente sabremos de un caso o de algo que nos inspirará a utilizar un pedacito de algo. Pero en su mayor parte simplemente los inventamos».
Cualquiera que sea la relación entre realidad y ficción, está claro que Korsh y su equipo creativo hicieron algo bien. «Suits» se convirtió en un gran éxito en Netflix y ahora estamos analizando la posibilidad de otro programa derivado. ¡No está mal!