El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ofreció este martes refugio en su país a clérigos católicos presionados en Nicaragua, donde dijo que sufrieron una «cruel persecución» por parte de la dirigencia de izquierda.
Al dirigirse a la sesión inaugural de la Asamblea General de las Naciones Unidas semanas antes de las elecciones en su país, el líder derechista describió a Brasil como un firme defensor de la libertad religiosa.
“Brasil abre sus puertas para recibir a los sacerdotes y monjas católicas que han sufrido una cruel persecución por parte del régimen dictatorial en Nicaragua”, dijo, sin dar detalles.
«Brasil repudia la persecución religiosa dondequiera que ocurra en el mundo».
La policía nicaragüense arrestó al obispo Rolando Álvarez, un crítico abierto del gobierno del presidente Daniel Ortega, el 19 de agosto, acusándolo de actividades «desestabilizadoras y provocadoras».
El arresto provocó una feroz condena de Washington y la Unión Europea, que advirtieron sobre la creciente represión de figuras religiosas y de oposición, la sociedad civil, los defensores de los derechos humanos, los periodistas y otros en Nicaragua.
Brasil es la nación de mayoría católica más grande del mundo y el propio Bolsonaro nació en una familia católica.
También se ha acercado a las iglesias cristianas evangélicas del país en el transcurso de su mandato de cuatro años, especialmente en los últimos meses, mientras se encuentra rezagado en las encuestas antes de las elecciones de octubre.
Bolsonaro ha sido un férreo defensor de posiciones conservadoras como la de prohibir el aborto, tema que mencionó en su discurso en el que reiteró su «repudio a la ideología de género».
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