Proyecto de ley de “inmigración”: Emmanuel Macron quiere evitar empantanarse para completar el texto antes de Navidad, pero sin el 49,3


Emmanuel Macron se esfuerza por no dejar traslucir su exasperación. El martes 12 de diciembre, veinticuatro horas después de la votación de la moción de rechazo que impedía el examen en la Asamblea Nacional del proyecto de ley de “inmigración”, uno de los más importantes del segundo mandato quinquenal, el jefe del Estado evacua en unas cuantas frases mordaces, a modo de preámbulo del Consejo de Ministros, la crisis política que acaba de comenzar.

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La oposición, que se unió desde la izquierda radical hasta la extrema derecha, con la esperanza de bloquear el poder ejecutivo, “no refleja una mayoría sustituta”, espetó. Ella traduce el «cinismo», yo«inconsecuencia» Y “el peor juego jugado, en particular, por los dos partidos gubernamentales que gobernaron el país durante cuarenta años”, continúa, apuntando al Partido Socialista y a Los Republicanos (LR). Antes de anunciar que el gobierno convocará una “comisión conjunta conjunta” (CMP), que debe cumplir “lo más rápido posible hacia la búsqueda de un compromiso” – a priori el lunes 18 de diciembre o el martes 19 de diciembre, según la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet. “Todos tendrán que poner de su parte, mayoría y oposición”concluye, antes » saludar » el trabajo realizado por el Ministro del Interior, Gérald Darmanin, que presentó su dimisión, fue inmediatamente rechazada la víspera.

Se levanta el guante. “Nunca renunciaremos a encontrar compromisos”, proclama la Primera Ministra, Elisabeth Borne, durante un interrogatorio al Gobierno en la Asamblea Nacional, mientras Gérald Darmanin, todavía atontado por lo que supone es su » falla «, critica a una extrema derecha que “miedo al debate”denunciando el“unidad de opuestos” que tuvo lugar durante la votación de la moción entre “los que quieren acoger a todos y los que no quieren acoger a nadie”.

“Tenemos que ir rápido”

Al igual que con la reforma de las pensiones de primavera, el golpe vino de la derecha. Una proporción significativa de los diputados de LR votó, ante el asombro general, a favor de la moción de rechazo presentada por los ecologistas, asociando sus voces a las de los socialistas electos, La Francia Insumisa (LFI) y la Agrupación Nacional (RN). Pero a estas alturas no se considera imprescindible ninguna disolución de la Asamblea Nacional, subrayó el martes el portavoz del Gobierno, Olivier Véran. Con todo respeto al presidente de la RN, Jordan Bardella, que ya se imagina vestido de “primer ministro de la convivencia”, como declaró el martes el joven de casi treinta años ante el micrófono de RMC.

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