Cuando los censores vieron «Psicosis», se horrorizaron al ver a una mujer en sostén y bragas, acostada en la cama de un hotel con un hombre sin camisa. La mera sugerencia de sexo encendió su cabello en llamas, por lo que sus cuerpos enteros deben haber estallado en llamas cuando vieron a Marion Crane desnuda ser brutalmente apuñalada por un asesino psicópata y colapsar contra un piso de baldosas.
Los censores horrorizados insistieron en que habían visto senos desnudos, carne perforada y sangre fresca, pero todo eso no eran más que productos de su imaginación provocados por las técnicas geniales de Hitchcock. Bueno, la mayor parte lo era, de todos modos.
Se suponía que Hitchcock volvería a filmar la escena para cumplir con la censura, pero en cambio, envió a los censores las mismas imágenes que habían encontrado tan ofensivas. Cuando vieron la escena por segunda vez, estaban confundidos acerca de lo que realmente habían visto la primera vez. Los censores aprobaron la escena, tal vez demasiado avergonzados para admitir que la sangre y la sexualidad iniciales eran producto de las sugerentes técnicas cinematográficas de Hitchcock y de sus propias mentes sucias.
Hitchcock evitó la violencia gráfica con el uso inteligente de primeros planos, cortes rápidos y jarabe de chocolate, pero en realidad logró introducir un poco de desnudez al confundir a los censores. Resulta que habían tenido razón la primera vez. La versión final de la película aprobada por la censura muestra senos desenfocados mientras un Crane moribundo agarra la cortina de la ducha. ¡Escandaloso!