Pero por mucho que a Twitter le guste asignar moralidad a tus opiniones sobre el cine y la televisión, tampoco tienes que ponerte a la defensiva o sentirte culpable si sigues apoyando a Alicent. Ella es otro personaje que está atrapado en una posición social precaria, que simplemente lo maneja de una manera diferente (posiblemente menos saludable pero quizás más identificable) que su amiga de la infancia Rhaenyra.
Sí, cada vez recuerda más a Cersei Lannister, pero Cersei también tenía muchos admiradores. Lo que hizo que los fanáticos de Cersei se divirtieran fue la forma en que irónicamente adoptaron la retórica de girlboss cuando la animaban. La mayoría de ellos no estaban defendiendo seriamente los muchos, muchos crímenes de Cersei. Simplemente se deleitaron con lo deliciosamente mezquina que era la maldad de Cersei. Es la misma actitud que veo cuando se trata de Daemon Targaryen. Los fans de Daemon son mucho más divertidos cuando están bromeando cuánto molesta a su hermano; son menos divertidos cuando tratan de justificarlo sinceramente por haber asesinado a su primera esposa.
Todo el atractivo de «La casa del dragón», así como lo que hizo que «Juego de tronos» se destacara tanto en sus primeras temporadas, es la forma experta en la que el programa hace irrelevante cualquier tipo de comprensión moderna de la moralidad. Es un espectáculo donde todos tienen una razón comprensible para lo que hacen, no justificable. Este es fundamentalmente un mundo con valores y reglas diferentes a los nuestros; esto puede hacer que a veces sea incómodo de ver, pero también es lo que lo hace tan interesante.
No hay nada de malo en animar a cualquiera de estos personajes, en elegir Team Black o Team Green. Pero sea cual sea el lado que elijas, solo asegúrate de dejar cualquier postura moral en la puerta.