En su evaluación, el conocedor real encuentra algo en común entre la esposa de Albert y la del príncipe Harry, la duquesa Meghan:
«¿Qué tienen en común la princesa Charlène y la duquesa Meghan? ¡Claramente, de alguna manera nunca pueden complacer a la gente! Si Charlène no hubiera encontrado palabras cariñosas para su esposo e hijos en su última entrevista, la mujer de 44 años habría sido retratada como fría y sin corazón. Ahora la princesa dice ‘gracias’ desde el fondo de su corazón, y sus oponentes la acusan de hipocresía y relaciones públicas. ¡Creo que eso es injusto! Durante el último año y medio, Charlène se ha asomado varias veces a su abismo personal y sabe lo importante que es que haya personas que la apoyen, que la fortalezcan y en las que pueda confiar ciegamente”.