Reforma de pensiones: el gobierno entre la firmeza y la apertura a la negociación


Jacques Serais, editado por Gauthier Delomez

Al día siguiente de una nueva jornada de movilización contra la reforma previsional que reunió a 1.272 millones de manifestantes según las autoridades, la pelota está en el tejado del gobierno. Pero éste no pretende negociar sobre la edad legal de salida, eje mayor del proyecto. Sin embargo, se podrían discutir concesiones.

No, el gobierno no quiere tirar lastre en el reforma de pensiones. A pesar de la fuerte movilización del 31 de enero, que reunió a 1.272 millones de manifestantes según el Ministerio del Interior – 2,8 millones según la CGT, el ejecutivo quiere mantener el rumbo del proyecto estrella de Emmanuel Macron. Tras un consejo de ministros el miércoles por la mañana, se mantendrá la línea de firmeza, en particular sobre el cambio de la edad legal de salida a los 64 años, el punto más importante de la reforma.

Como se indica Primera ministra Élisabeth Borne, esta última medida aún no es negociable.

Posibles (y raras) concesiones sobre el proyecto

Se trata de una reforma «imprescindible», insistimos en la mañana del miércoles en el Palacio del Elíseo. «Cuando miramos a nivel nacional, la movilización es bastante equilibrada en comparación con hace diez días», asegura un asesor del presidente. Otro insiste: “El caso es que el compromiso del Jefe de Estado fue claro durante la campaña presidencial”.

A la pregunta «¿habrá ajustes marginales?», en el castillo, preferimos referirnos al Parlamento, recordando que existe el imperativo del equilibrio financiero. Las raras concesiones podrían relacionarse notablemente con una cláusula de revisión en 2027, una enmienda presentada por el MoDem, el partido aliado de la mayoría. El gobierno también podría hacer un movimiento sobre las condiciones de maternidad para los empleados públicos. Hoy, un niño da derecho a cuatro cuartos en el sector público, cuando al mismo tiempo un empleado privado recibe ocho.

Sin embargo, esto no debería calmar el descontento ya que los sindicatos exigen la retirada total del texto. Finalmente, el enfrentamiento está lejos de terminar.



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