En Blois, entre islotes de arena y vegetación, el Loira se ha convertido en una simple piscina infantil. «Desde hace unos años, podemos cruzar con botas fácilmente», testifica sobre el terreno Cécile Legrand, del Conservatorio de espacios naturales de Loir-et-Cher. El sitio, que se puede descubrir en el reportaje que encabeza el artículo, permite observar una isla en proceso de revegetación, mientras una planta originaria de América del Sur, la prímula, ha invadido el lecho del Loira para reemplazar la vegetación local. Desde 2017, las repetidas sequías han cambiado el paisaje, pero también todo el ecosistema.