Sabotaje, ciberataques, múltiples incidentes… Los aliados de Ucrania se enfrentan a los riesgos de la «guerra híbrida»


Un tubo de acero destripado y una zanja excavada en el barro, de unos 80 metros de profundidad… Estas imágenes, filmadas por un robot pilotado a distancia en las oscuras aguas del Mar Báltico y publicadas el 18 de octubre por el diario sueco Expresado, dan un repaso a los daños causados ​​por las explosiones, ocurridas el 26 de septiembre, en los dos gasoductos Nord Stream que unen Alemania con Rusia para abastecer a Europa de hidrocarburos. Una vez descartada por los sismólogos la posibilidad de un terremoto, las acusaciones de «sabotaje» se fundieron. Las capitales europeas sospechan de Moscú; el Kremlin acusa al centro de inteligencia estadounidense, todo en el contexto de una “batalla de gas”, Rusia reduce durante semanas sus exportaciones de energía a los estados europeos, que temen escasez este invierno.

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Si resaltan la vulnerabilidad de las infraestructuras estratégicas europeas, estas imágenes también permiten una inmersión sin precedentes en la «guerra dentro de la guerra» que se avecina, al margen de los combates en curso en Ucrania: la posible extensión a los aliados de Kiev, bajo un » forma “híbrida”, del conflicto desencadenado por Moscú. “Esta es una nueva dimensión en la guerra, no solo contra Ucrania, sino en el contexto más amplio de la confrontación entre Rusia y Occidente”dice Arsalan Bilal, investigador asociado de la Universidad Ártica de Noruega en temas de seguridad. «La idea, él continúa, es tanto estrangular a Europa como ampliar la brecha entre la opinión pública y los gobiernos, utilizando el arma energética para debilitar las economías dependientes del petróleo y el gas, y alentar a una parte de la población a exigir el fin de los combates y la apertura de negociaciones . »

Un “acto deliberado”

Las espectaculares explosiones en el Nord Stream están lejos de ser dilucidadas, pero elementos iniciales acreditan la tesis según la cual sólo un actor estatal puede estar en el origen: se trata de un «acto deliberado»informa un documento conjunto de Suecia y Dinamarca presentado el 30 de septiembre a las Naciones Unidas, comprometido en ayuda “artefactos explosivos con una potencia equivalente a 500 kilos de TNT”según información recabada el día anterior por Der Spiegel con las autoridades alemanas. Y sea quien sea el culpable, el daño ya es considerable. Además de las consecuencias medioambientales de la colosal liberación de metano a la atmósfera y de las dudas que ahora se ciernen sobre la reoperación -a medio o largo plazo- de estos gasoductos, la sensación de inseguridad crece en muchos países, la mayoría de ellos europeos, recientemente víctimas de ataques de tipo “híbrido”.

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