Saudi Aramco informó el domingo que las ganancias aumentaron un 46 por ciento el año pasado, destacando cómo un aumento en los precios del petróleo después de que Rusia invadiera Ucrania estimuló el crecimiento en el mayor exportador de crudo del mundo.
El gigante de la energía, en su mayoría de propiedad estatal, la segunda compañía más valiosa del mundo detrás de Apple, dijo en una presentación ante el mercado de valores saudí que el ingreso neto para 2022 fue de $ 161,07 mil millones, frente a los $ 110 mil millones en 2021.
El aumento se debió «principalmente al impacto de los mayores precios del crudo y los volúmenes vendidos, y mayores márgenes de refinación», dijo.
Los resultados de Aramco son consistentes con las ganancias récord para 2022 reportadas por las cinco grandes petroleras (Shell, Chevron, ExxonMobil, BP y TotalEnergies), que superaron los $ 150 mil millones y habrían estado más cerca de $ 200 mil millones sin los costosos retiros de Rusia.
También impulsaron el crecimiento económico general de Arabia Saudita, que los funcionarios estimaron en un 8,7 por ciento en 2022, la tasa más alta del G20.
Se espera que los precios de la energía se mantengan elevados en 2023, en parte debido a los recortes de producción aprobados en octubre pasado por el cartel de la OPEP+ que Riad codirige con Moscú, una medida duramente criticada por Washington.
Las instalaciones de Aramco han sufrido en el pasado ataques con aviones no tripulados y misiles reclamados por los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen, más recientemente hace aproximadamente un año, pero un acuerdo sorpresa anunciado el viernes entre Riad y Teherán para restablecer los lazos diplomáticos cortados en 2016 podría mitigar el riesgo en los meses venideros.
Bajo el príncipe heredero Mohammed bin Salman, el gobernante de facto, Arabia Saudita ha buscado tanto abrir como diversificar su economía dependiente del petróleo, gastando mucho en proyectos muy publicitados como una megaciudad futurista conocida como NEOM.
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