SERIE – Mientras Putin continúe con este conflicto, no habrá Ucrania en la OTAN. Por lo tanto, hará todo lo posible para continuar esta guerra hasta la eternidad.

14 de julio

En la cumbre de Vilnius, los países de la OTAN prometieron invitar a Ucrania a la alianza «si se cumplen todas las condiciones», pero sólo después del final del conflicto.

Uno de los funcionarios de la OTAN señaló en esta ocasión que «el comunicado envía una señal muy clara y fuerte, tanto a Ucrania como a Rusia».

Sí, efectivamente lo es, y creo que a Putin le gustará esta señal. Uno de los principales objetivos de su guerra de agresión contra Ucrania era impedir que Ucrania se uniera a la OTAN. Lleva casi un año y medio librando esta batalla (excluyendo la guerra híbrida que inició en 2014) y, según Ucrania, ha perdido 236.000 soldados, más de 4.000 tanques, 315 aviones y aproximadamente el mismo número de helicópteros que así como 18 barcos, pero en realidad no se logró nada.

Después de Vilnius podrá dar por cumplido su plan. Ahora la membresía de Ucrania en la OTAN no depende ni de Ucrania, ni de los miembros de la OTAN, ni del resto del mundo civilizado o no muy civilizado, sino de él personalmente, el gran y poderoso dictador. Mientras Putin continúe con este conflicto, no habrá Ucrania en la OTAN. Por lo tanto, hará todo lo posible para continuar esta guerra hasta la eternidad.

De hecho, se trata de una señal muy clara y contundente.

Un parlamentario ucraniano preguntó después de la cumbre de Vilnius: “¿Entonces somos lo suficientemente buenos para morir por la democracia, pero no lo suficientemente buenos para vivir junto con otros países libres en la misma alianza?”

Yo respondería inequívocamente: sí.

Ciertamente, somos muy buenos luchando y muriendo por una causa justa, pero no lo suficientemente buenos para cualquier otra cosa. La corrupción nos cubre como moho y tenemos grandes problemas con la democracia, con los derechos humanos, con la libertad de expresión y con la libertad en general. Y sí, nuestros políticos, incluido Zelensky, no son lo suficientemente educados y los líderes occidentales tienen razón en sentirse insultados. Pero ese no es el punto en absoluto.

Todo lo que pasa, si exagero un poco, es como si una mujer sufriera un derrame cerebral en la calle y los paramédicos que llegan en una ambulancia no la salvan sino que empiezan a expresar su disgusto porque no se lavó los dientes en la mañana, que tiene algunas sustancias prohibidas en la sangre y que lo más probable es que no esté embarazada de su propio marido. Esta mujer no es lo suficientemente buena para ellos, pero aún así necesita ser salvada.

Y eso es exactamente lo que está haciendo el Occidente colectivo, aunque a cámara lenta. Una inyección de un medicamento que salva vidas, luego, siete meses después, otra, y meses después, tal vez, una tercera. . .

Mientras tanto, un tribunal de Járkov condenó a un hombre de 28 años a tres años de prisión por evadir una movilización. Había recibido una citación, la firmó y no se presentó en la oficina de registro y alistamiento sin problemas de salud u otros motivos que contradijeran el servicio en el ejército.

Puede que me equivoque, pero hasta donde yo sé, ésta es la primera vez que un objetor de conciencia en Járkov es condenado a una pena de prisión real. Normalmente la pena se suspende y las personas quedan en libertad con la condición de que se presenten periódicamente ante la policía. Esto los exime del servicio militar. Básicamente, obtienen lo que querían.

Pero ahora el joven ha recibido una sentencia de prisión. Creo que en el futuro habrá más casos de este tipo y que las penas para quienes eludan el servicio militar serán cada vez más duras.

Desafortunadamente, con el tiempo habrá personas que estén dispuestas a pasar tres años en prisión antes que ir al frente. Después de todo, existe la posibilidad de que la guerra termine en tres años, y entonces al menos seguirán con vida. Las prisiones ucranianas no son el lugar más agradable para estar, por decir lo mínimo, pero muchos aún las preferirán a las trincheras.

Puede parecer que no hay conexión entre este caso de objeción de conciencia y la señal muy clara y contundente que la OTAN envió a Ucrania y Rusia, pero en realidad son eslabones de la misma cadena, o incluso dos lados de una medalla o incluso dos. variables idénticas de la misma ecuación.

Traducido del inglés por Andreas Breitenstein.