La premisa de «Maximum Overdrive» es bastante simple: cuando la Tierra cruza la cola de un cometa, las máquinas de repente comienzan a cobrar vida, listas para matar. Las máquinas de refrescos escupen latas a la gente, los cajeros automáticos llaman idiotas a la gente y los coches y camiones empiezan a atropellar a la gente. King, hay que reconocerlo, no tenía nociones preconcebidas sobre este material. Sabía que era basura y basura era exactamente lo que quería. «Quería que fuera rápido», dijo a la revista American Film. «Es una película maravillosamente estúpida en ese sentido. Es una película realmente analfabeta en muchos sentidos. No hay mucho diálogo en ella. Es rápida. Muchas cosas explotan. Es muy profana, muy vulgar, bastante violenta. «En algunos lugares. Supongo que vamos a tener problemas con la junta de clasificación».
La junta de clasificación era la menor de las preocupaciones de King. Después de la preproducción, el autor convertido en cineasta llegó al set en el verano de 1985 y rápidamente se dio cuenta de que no sabía nada sobre cómo hacer películas. «Me sorprendió lo poco que sabía en realidad», dijo el autor a Cinefantastique (a través del libro «Creepshows: The Illustrated Stephen King Movie Guide»). No ayudó que King también estuviera luchando contra un grave problema de drogas. En el libro «Stephen King de Hollywood», se cita a King diciendo: «El problema con esa película es que estuve completamente drogado durante toda su producción y realmente no sabía lo que estaba haciendo».
Para complicar aún más las cosas, King también se encontró trabajando con un equipo que hablaba principalmente italiano, un idioma que no entendía. Como dice «Creepshows: The Illustrated Stephen King Movie Guide», las conversaciones que «deberían haber durado sólo unos minutos, invariablemente duraron veinte o más». Aún así, King siguió adelante y consiguió hacer la película. Pero los problemas no habían terminado.