A menos que hayas estado encarcelado o conozcas a alguien que lo haya estado, la mayoría de la gente no piensa muy a menudo en las prisiones. La prisión es un concepto vago, un lugar donde la «gente mala» se mantiene alejada del resto de la civilización. Algunas personas pueden pensar en cosas como castigo versus rehabilitación, pero para la gran mayoría de las personas, lo que está fuera de la vista está fuera de la mente. Rowe lleva las cámaras a lo más profundo de las entrañas de algunas de las prisiones más notorias del mundo y, al hacerlo, destaca la necesidad de que las personas se preocupen por los presos y la reforma penitenciaria. Rowe entiende cómo sobrevivir en las prisiones y obtiene acceso que nadie más podría tener, interactuando con sus compañeros de prisión como seres humanos y aprendiendo sus historias. Algunos de ellos son divertidos, otros dan miedo, pero la mayoría son absolutamente desgarradores.
Rowe sabe muy bien que las personas inocentes pueden terminar encarceladas, e incluso aquellos que son culpables de sus crímenes a menudo son castigados mucho más allá de lo que es decente. A medida que muestra empatía e interés genuino hacia los prisioneros, estos se abren y es difícil no encontrarse deseando que algunos de ellos tengan una segunda oportunidad. En muchas de las prisiones que visita Rowe, los reclusos están condenados a una vida de miseria constante. Algunas prisiones son como ciudades en miniatura dirigidas por pandilleros, mientras que otras están brutalmente recluidas y segregadas, lo que mantiene a los presos completamente aislados. Este tipo de prisiones solo crean más delincuencia, ya que las tasas de reincidencia de los presos que regresan a prisión después de su liberación son increíblemente altas.