Al final de «Alien» de Ridley Scott, Ellen Ripley inicia la secuencia de autodestrucción en su nave, el Nostromo, y se sube a un barco más pequeño para escapar. Allí, entra en hipersueño y se dirige hacia la Tierra, con la esperanza de un rescate fácil.
No será encontrada hasta dentro de 80 años por un equipo de rescate en el espacio profundo en «Aliens» de James Cameron.
Al comienzo de esa película, después de que pasan los créditos, la cámara se acerca más y más al barco abandonado. Un brazo droide entra en escena y proyecta su delgada luz láser azul sobre los restos de la nave hasta que se concentra en Ellen Ripley en su cápsula de hipersueño, cubierta de polvo espacial brillante.
La trayectoria del láser, escaneando directamente hacia la cámara, es inconfundible. Cuando el droide de Carson Teva hizo exactamente lo mismo en «The Mandalorian», cualquier fanático de «Aliens» que mirara en casa estaba haciendo «Leonardo DiCaprio apunta a la pantalla».