Transat Jacques Vabre: una salida casi “a puerta cerrada” para los IMOCA


Un ballet de sombras somnolientas ocupadas en liberar los barcos de sus defensas a la luz de los faros. Dúos de marineros atentos a la meteorología e impacientes por luchar, tras diez días varados en el muelle por la violencia de los temporales Ciaran y Domingos. Algunas señales de despedida y raros aplausos que resuenan a primera hora de la mañana, en medio del viento helado y de la noche de Le Havre, y sin televisión en directo…

El ambiente festivo y el fervor popular que suelen acompañar las salidas de las regatas transatlánticas estuvieron notablemente ausentes cuando los cuarenta Imocas (la mayor flota de monocascos de 18 metros jamás inscritos en una regata oceánica) abandonaron Paul-Basin en fila india. la mañana del martes 7 de noviembre, para las 16mi edición de la Transat Jacques Vabre que une Le Havre (Sena Marítimo) con Fort-de-France (Martinica).

“Debería haber sido un gran comienzo para mi primera gran carrera. [en Imoca] y al final se hace casi a puerta cerrada, de noche; Es extraño y no es ideal para los patrocinadores, pero es mucho menos estresante que con la familia y el mundo que estuvieron ahí en la salida en falso. [le 29 octobre] y que no volvió», confió Violette Dorange, Mundoa punto de soltar sus amarres.

Lea el análisis: Artículo reservado para nuestros suscriptores. La Transat Jacques Vabre, símbolo de la insolente salud del sector de las regatas oceánicas

Con sólo 22 años, pero ya con una sólida trayectoria en Mini (monocasco de 6,50 metros) y Figaro (monocasco de 10 metros), el más joven de la flota se lanza a esta regata transatlántica. Volverse, De cara a la Vendée Globe 2024, junto al experimentado Damien Guillou, de 40 años, más familiarizado con estas condiciones insólitas. “Tuve un comienzo similar en Imoca durante Covid; Dejamos nuestros respectivos puertos de origen para encontrarnos directamente en una línea de salida en Sables-d’Olonne, por lo que nos encontramos en el agua”. Recordó el martes por la mañana, sin enfadarse tampoco por haber “Menos parámetros que gestionar”mientras que un paso frontal con fuerte viento recogerá a la flota nada más abandonar la punta de Bretaña.

Las cuatro clases de barcos que ya están en camino

Lanzado con un viento de entre 20 y 25 nudos y mar revuelto, el inicio de esta travesía atlántica de 3.750 millas (poco más de 6.000 kilómetros), con la isla de Santa María como única marca intermedia obligatoria, la más meridional del archipiélago de las Azores, dejarlo a estribor no estropeó a todos.

Por no haber respetado el procedimiento de salida, medallia, por los británicos Pip Hare y Nick Bubb, como Bureau-Vallée, dirigido por Louis Burton y Davy Beaudart, recibió una penalización de cinco horas desde el principio. Este handicap podría pesar mucho a la llegada a Martinica, que los organizadores estiman alrededor del 17 de noviembre, mientras que algunas rutas la indican más bien entre el 19 y el 21 de noviembre.

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