Transición ecológica: la desaparición de los combustibles fósiles, un verdadero déficit para el Estado


Barthélemy Philippe, editado por Philippe Folgado // Crédito de la foto: MATHIEU THOMASSET / HANS LUCAS / HANS LUCAS VIA AFP

Salir de los combustibles fósiles costará mucha inversión, pero hablamos menos de ello, le costará al Estado pérdidas de ingresos. Los ingresos fiscales procedentes de los combustibles y el gas disminuirán significativamente antes de desaparecer teóricamente por completo en 2050. Un informe que acaba de ser presentado a Bruno Le Maire hace esta observación.

Este es uno de los objetivos de la COP28 que se celebra en Dubai, llegar a un acuerdo sobre los combustibles fósiles. Reducir el uso de estas energías antes de abandonarlas por completo costará una gran inversión, pero supondrá un verdadero déficit para las arcas del Estado. Se trata de un beneficio inesperado y crucial del que se verán privadas nuestras finanzas públicas.

Los impuestos a la electricidad, lejos de compensar el déficit del Estado

Los impuestos sobre los carburantes y el gas recaudaron 33.000 millones de euros en 2019, año de referencia del informe presentado a Bruno Le Maire, o el 10% de los ingresos estatales totales. Según el informe, los ingresos presupuestarios procedentes de los impuestos a los fósiles ya habrán disminuido en un 13 mil millones de euros en menos de siete años, en 2030. Uno de cada cinco coches será entonces eléctrico y, por tanto, más afectado por estos impuestos.

Y estos últimos desaparecerán en 2050 al mismo tiempo que la gran mayoría de los coches térmicos. Entonces sí, la transición del parque de vehículos aumentará el rendimiento de los impuestos sobre la electricidad. Pero si no se modifican los impuestos, estarán lejos, incluso muy lejos, de compensar el déficit del Estado. Los allegados al Ministro de Economía explican que el informe, el primero de este tipo, debería permitir encontrar caminos alternativos. Pero los trabajos aún no han comenzado y, por el momento, no hay pistas, reconocemos desde Bercy.



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