True Detective: Night Country acaba de recordar el momento más inquietante de David Fincher


«Seven» es, como dijo López, «magistral». Encarna cierto tipo de thriller policial que ha sido emulado constantemente desde su lanzamiento en 1995. Pero el uso que Fincher y el escritor Andrew Kevin Walker hacen de la imaginación del público en su contra es lo que siempre se me ha quedado grabado. A lo largo de la película, se nos muestran muchas escenas de crímenes espantosos, pero en realidad nunca somos testigos de ninguno de los asesinatos de los siete pecados capitales. Incluso el infame final de la película se abstiene de mostrarnos exactamente lo que hay en la caja, porque nuestra imaginación es capaz de imaginar horrores peores de los que Fincher jamás podría representar.

Pero de vez en cuando, incluso el director no está por encima de aterrorizarnos a todos con un buen susto, y «Seven» contiene uno de los mejores y más inquietantes ejemplos. A mitad de la película, Morgan Freeman y el dúo de detectives de Brad Pitt descubren la escena del crimen del «perezoso», en la que una víctima interpretada por Michael Reid McKay está encadenada a una cama y aparentemente ha muerto de hambre. Pero justo cuando estamos aceptando la sombría imagen de su cuerpo demacrado, ese cuerpo cobra vida, retorciéndose y gritando en lo que es una de las escenas más inquietantes y aterradoras en la historia del thriller policial.

Aparte de que la composición de la víctima «perezosa» es bastante tortuosa en sí misma, el momento en que el cuerpo despierta podría ser lo más perturbador de todo «Seven», aparte del final, claro está. Ah, y ese «juguete» sexual con cuchillas. Ahora que lo pienso, «Seven» es bastante perturbador en todo momento. Pero parece que la víctima del «perezoso» fue lo que llamó la atención de López, quien creó su propia versión de la escena en la apertura del episodio 2 de «Night Country».



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