Un entrenador de animales salvajes en la boca de la justicia


Mario Masson ha perdido el gusto por el espectáculo. A sus 62 años, el entrenador de grandes felinos ya no quiere pisar una marquesina, ni siquiera sentarse en las gradas. El ex jefe del circo Máximo ha trazado una línea bajo la pista de estrellas y ha vendido sus trajes tachonados de lentejuelas.

Con su esposa, puso su caravana en un pequeño pueblo de Loiret cuyo nombre desea ocultar. «La moral se ha ido, quiero que me dejen en paz», suspira el hombre que lleva cuatro décadas empuñando el látigo de los grandes nombres del circo, Bouglione, Gruss o Zavatta, domando caballos, dromedarios, elefantes y, sobre todo, tigres, esos colosos impredecibles a los que nunca hay que dar la espalda.

Atrapado en su camioneta

El entrenador ha estado cavilando desde que la justicia confiscó sus últimos tigres en diciembre de 2020. Tres machos y siete hembras con pelaje blanco, dorado o rojo, que alquiló a los circos y produjo en el set. “Los tigres más bonitos de Francia”, jura el domador, cuyo juicio tendrá lugar en el tribunal de Beauvais el martes 20 de septiembre. One Voice, una asociación para la defensa de los animales, lo acusa de » malos tratamientos « hacia sus felinos, delito sancionado con un año de prisión y multa de 15.000 euros.

“Es una caza de brujas contra la profesión (…). Tomar nuestros animales es destruir la inversión de una vida. » William Kerwich, presidente de un grupo de formadores

Mario Masson también tendrá que responder por una decena de otros delitos relacionados con su actividad. En particular, es sospechoso de haber criado y vendido tigres sin autorización, un tráfico que puede generar varios miles de euros por felino.

Muriel Arnal, la presidenta de One Voice, espera una sanción ejemplar. «Espero que los animales le sean quitados permanentemente y que ya no tenga derecho a poseerlos», confiesa este admirador de la primatóloga Dian Fossey, que se ha peleado con los circasianos durante veinte años.

la batalla por «los tigres más bonitos de Francia» comenzó tres años antes, en plena naturaleza, en Blacourt, un pueblo del departamento de Oise de 600 almas. A principios de 2019, caminantes asombrados vieron, en el patio de una fábrica en desuso, grandes felinos encerrados en un camión jaula. Los vecinos a veces los escuchan silbar.

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Este descubrimiento preocupa a la asociación One Voice, que consigue filmar el tráiler durante seis días seguidos. Las imágenes muestran a los tigres atrapados en su camión, lejos de las obligaciones reglamentarias: según un decreto del 18 de marzo de 2011, los animales deben permanecer al menos cuatro horas al día en un espacio al aire libre llamado jaula de relajación.

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