Desafortunadamente, el fuego empeoró una mala situación. Malick había recaudado personalmente los fondos para «Badlands», pero las largas horas de filmación (y una notable insistencia en capturar cada toma en orden cronológico, sin importar cuántas veces se tuviera que preparar la escena) agotaron los fondos. Eventualmente, los miembros de la tripulación se acercaron a su punto de ruptura, y para muchos, el fuego los empujó al límite.
Según Tony Palmieri, uno de los camarógrafos asistentes, cuando «Badlands» estaba a punto de terminar, toda la situación se estaba volviendo aún más ridícula. En este punto, la mayoría del equipo había renunciado a la película; sin embargo, Malick siguió insistiendo:
«Nos quedaban quizás cinco miembros del equipo. En ese momento, la esposa de Terry estaba haciendo sándwiches de mantequilla de maní y mermelada para el almuerzo, y estábamos filmando arañas en el desierto. Era la forma más extraña de dividir una película».
Sin embargo, una vez que la película finalmente estuvo completa, el comportamiento excéntrico de Terrence Malick valió la pena. Aunque «Badlands» fue un debut financiado de forma independiente, llamó la atención de Warner Brothers; el estudio compró los derechos de la película por aproximadamente 3 veces el costo de producción. El éxito de la película también ayudó a construir la reputación de su elenco y equipo, especialmente aumentando la popularidad de Martin Sheen y proporcionando una plataforma de lanzamiento para la carrera de Sissy Spacek. Si bien los largos días en el desierto, con fuego y todo, fueron un gran sacrificio, finalmente resultaron fructíferos.