Uno de los episodios más solitarios de The Twilight Zone se inspiró en un experimento real de la NASA


El episodio se transmitió el 2 de octubre de 1959: una época en la que las sensibilidades de la Guerra Fría estaban al límite y la humanidad estaba al borde del avance científico y la curiosidad. Con los avances tecnológicos y científicos vienen cambios culturales clave, que a menudo, y es comprensible, se topan con dudas y resistencia antes de que estos nuevos capítulos puedan seguir su curso. La ambición de la humanidad de aterrizar en la luna ahora parece inevitable, pero en ese momento, este sueño parecía una extralimitación al estilo de Ícaro, un ejercicio de arrogancia cuando se trataba de lograr lo imposible. Así, cuando el episodio de Serling cayó, generó sentimientos de asombro y terror y terminó prediciendo el alunizaje del Apolo 11 ocurrido casi 10 años después.

Un artículo de Time titulado «Ensayo para el espacio» detalló un experimento en una cámara de aislamiento con el aviador Donald Farrell, donde una simulación de 7 días de un viaje a la luna y de regreso ayudó a denotar el costo de ese viaje en la psique humana. Farrell fue sometido a ciertas pruebas para probar las condiciones óptimas requeridas para un viaje exitoso, y el aviador pudo completar el período de 7 días sin mayores problemas, ya sean físicos o psicológicos. Serling parecía haberse inspirado en la documentación de este experimento (a través de The New York Times), que formó la base de su piloto, donde más tarde se revela que un amnésico (Earl Holliman) varado en una ciudad desierta está en un viaje simulado a la luna y de regreso, un viaje que casi le rompe la mente y el alma.

Al igual que en el experimento real, el personaje de Holliman estaba conectado a tubos que monitoreaban sus métricas corporales. Si bien Farrell pudo soportar la simulación siendo consciente de sí mismo, el personaje de Holliman cuestionó su percepción de la realidad y su lugar en el mundo que lo rodea.



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