Desesperado por ayudar a su novia, Jackie (Genevieve Kang), a recordar la magia a medida que se acercaba su cumpleaños número 18, Tyler pasó gran parte de la segunda temporada tratando de encontrar la llave de la memoria. Esa llave en particular fue hecha dos décadas antes por Duncan Locke (Aaron Ashford), el tío de los niños, a instancias de su padre, Rendell (Bill Heck de adulto, Nick Dolan de adolescente). Él y sus amigos de la escuela secundaria, que se hacían llamar «los Guardianes de las Llaves», querían el poder para aferrarse a su conocimiento sobrenatural. Aunque Duncan terminó viviendo en Keyhouse con la familia de su difunto hermano, nunca había usado la llave en sí mismo, por lo que no recuerda nada sobre la magia, y mucho menos la llave de la memoria. Baste decir que tomó algunas maniobras para encontrarlo.
Pero para sorpresa de Tyler, cuando se le presentó la oportunidad de usar la llave de memoria, Jackie optó por no hacerlo. Luego, se convirtió en un demonio, antes de morir en agonía cuando la llave alfa, que el mismo Tyler hizo para tratar de salvarla, mató tanto al demonio y la propia Jackie. Esto fue (comprensiblemente) mucho para que Tyler lo asimilara, por lo que al final de la segunda temporada, se embarcó en un viaje por carretera en solitario antes de cumplir 18 años después de decirles a Bode y Kinsey que no usaría la llave de memoria: y por lo tanto no recordaría la magia o las llaves cuando regresara.