Agua potable, riego, producción de energía eléctrica: tensiones por el reparto del agua en el Sudeste seco


Es una enorme torre de agua que muchos pensaban que era inagotable y cuya excepcional sequía este año 2022 revela de repente los límites. Detrás de sus lagos azules, sus frescas gargantas y sus típicos canales, el sistema Durance-Verdon constituye un complejo esquema de almacenamiento, captación y distribución de las aguas de estos dos ríos que atraviesan la Alta Provenza de este a oeste.

Por etapas durante varios siglos y en el marco de un plan nacional desde 1955, esta red controlada por el hombre ha disciplinado los ríos con devastadoras crecidas, respondiendo, con eficacia hasta ahora, a las múltiples necesidades de las zonas situadas aguas abajo de las grandes localidades turísticas de la costa mediterránea.

Las instalaciones hidroeléctricas de Durance y Verdon, gestionadas por EDF, normalmente aportan el 12% de la producción eléctrica nacional y representan una potencia equivalente a la de dos centrales nucleares. Las captaciones realizadas en los dos ríos permiten el abastecimiento de agua potable a 3,5 millones de habitantes y el riego de 80.000 hectáreas de terreno agrícola por un total de casi 2.000 millones de metros cúbicos de agua. Finalmente, la creación de lagos artificiales, cuyo nivel de verano estaba previamente garantizado por acuerdo con EDF, ha dado lugar a un turismo esencial para muchos municipios alpinos.

“El sistema se dimensionó durante un período en el que la capa de nieve en los Alpes era muy importante. Años en los que era necesario gestionar la sobreproducción de agua más que su falta. Los usuarios se quedaron con esta idea,” lamenta Jacques EspItalier, alcalde de Quinson (Alpes-de-Haute-Provence) y vicepresidente del plan de desarrollo y gestión del agua de Verdon. En setenta años, la población de Provenza-Alpes-Costa Azul casi se ha duplicado hasta superar los cinco millones de habitantes. Y el consumo aguas abajo ha aumentado constantemente.

El agua está en el centro de múltiples cuestiones, gestionada en estrecho equilibrio por una serie de sindicatos mixtos y autoridades locales, bajo el cuidadoso control del Estado. Con, hoy, una pregunta central: ¿qué se usa para reducir si la reducción del recurso, ligado al calentamiento global, se confirmará en los próximos años?

«Plan de Resiliencia»

A través de la voz de sus organizaciones profesionales, los agricultores defienden ferozmente su prioridad. «La primera necesidad es tener alimento», resume Romain Blanchard, presidente de la federación de agricultores (FDSEA) en Bouches-du-Rhône.
El suministro de agua potable es otra emergencia ineludible. En julio, la conurbación de Toulon cambió así a la red del Canal de Provence, abastecida por el Verdon, para compensar el nivel históricamente bajo de sus recursos habituales.

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