En el tiempo posterior a la conclusión de la trilogía original de «Star Wars» y antes de que George Lucas hiciera las precuelas, había una seria brecha en la narración dentro del universo. El autor Timothy Zahn ayudó a llenar ese vacío en gran medida con su trilogía de novelas «Heredero del Imperio», cuya primera entrega se publicó en 1991. Estos libros sirvieron como secuela de los acontecimientos de la trilogía original, con Gran Almirante. Thrawn emerge como una nueva amenaza tras la muerte de Palpatine. Luke, Han, Leia y el resto de los antiguos líderes de la Rebelión tienen que unirse para evitar que Thrawn devuelva la galaxia al dominio imperial.
Thrawn es tremendamente diferente de Darth Vader. Por ejemplo, él no es un usuario de la Fuerza. Más bien, es su increíble mente la que le sirve como su mejor arma. Thrawn es un genio militar y es conocido por utilizar artefactos como obras de arte para aprender sobre su enemigo. Es miembro de la raza alienígena conocida como Chiss, con piel azul y ojos rojos, lo cual es notable ya que normalmente no se ven muchos extraterrestres trabajando para el Imperio, y mucho menos como parte del mando superior. (El Imperio es un poco racista en ese sentido). Sin embargo, no se podía negar la brillantez de Thrawn y ascendió de rango de todos modos. Después de la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte, se encargó de reorganizar lo que quedaba del Imperio a su manera.
Los libros «Heredero del Imperio» ya no son canon ya que Disney descartó el antiguo Universo Expandido y designó todos estos cuentos como Leyendas. Básicamente, todo lo publicado antes de 2014 ya no cuenta como canon. Pero Dave Filoni trajo de vuelta a Thrawn en la temporada 3 de “Star Wars Rebels”, convirtiéndolo oficialmente en parte de la nueva continuidad. En los años posteriores, Zahn volvió a escribir dos nuevas trilogías de novelas de «Thrawn», todas las cuales son canónicas.