Amnistía Internacional quiere prohibir la fabricación y el comercio de armas y municiones antidisturbios


“Mi ojo explotó. » El título del informe publicado el martes 14 de marzo por Amnistía Internacional está tomado de la declaración de un manifestante estadounidense gravemente herido en Minneapolis, Minnesota, durante una manifestación tras la muerte de George Floyd, un afroamericano de 46 años asesinado por el policía el 25 de mayo de 2020, punto de partida del movimiento Black Lives Matter (“las vidas negras importan”).

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En este documento de casi cincuenta páginas, la ONG aboga junto a una treintena de organizaciones más por la firma de un tratado que prohíba “la fabricación y comercialización de proyectiles de impacto cinético”estas balas de goma de varios tipos utilizadas por las fuerzas policiales para mantener el orden. «Creemos que existe una necesidad urgente de establecer un marco global legalmente vinculante para la fabricación y el comercio de armas menos letales, en particular para los proyectiles de impacto cinético».cree Patrick Wilcken, investigador del equipo de Ejército, Seguridad y Aplicación de la Ley de Amnistía Internacional.

Basándose en numerosos ejemplos de lesiones incapacitantes sufridas por manifestantes en los Estados Unidos, Israel, Colombia o la India, después de ser blanco de balas de goma disparadas por las fuerzas del orden, Amnistía analiza la literatura médica dedicada a los tipos de lesiones causadas por estos proyectiles entre 1990 y 1990. 2017: una ilustración, según la ONG, de los principales riesgos asociados al uso de este tipo de armas calificadas como«instrumentos de tortura». Más del 90% del daño causado por proyectiles cinéticos sería «severo» y alcanzaría “cabeza y cuello, ojos” y las zonas del tórax, abdomen y genitales. Durante el mismo período y según el mismo estudio, «al menos 53 personas murieron a causa de los proyectiles disparados por las fuerzas de seguridad».

“Riesgos desproporcionados”

En Francia, Amnistía menciona cerca de 2.500 manifestantes heridos en el apogeo del movimiento de los «chalecos amarillos» entre noviembre de 2018 y mayo de 2019. De ellos, 83 presentaron denuncias tras haber «sufrió lesiones supuestamente debido al uso por parte de las fuerzas del orden de proyectiles cinéticos disparados desde el lanzador de balas de defensa LBD 40»un arma que el Defensor de los Derechos de Francia había sugerido prohibir en las operaciones policiales debido a su “peligrosidad y los riesgos desproporcionados que presenta en el contexto de las manifestaciones”.

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