«No sé qué es una superganancia»dijo el martes 30 de agosto el ministro de Economía, Bruno Le Maire, frente a la patronal, mientras que la primera ministra, Elisabeth Borne, no había descartado gravar estas superganancias. “Sé que los negocios tienen que ser rentables, eso es todo lo que sé”añadió el número dos del gobierno ante un público conquistado con motivo de la REF, la universidad de verano del Medef.
Por su parte, Elisabeth Borne había declarado, el sábado, en una entrevista con parisino no querer » cerrar la puerta « a un impuesto sobre «superganancias» empresas, un reclamo de la izquierda. Pero añadió que prefiere que toda empresa que pueda “bajar precios para el consumidor y dar poder adquisitivo a sus empleados”.
Frente a la patronal, Bruno Le Maire repitió que había preguntado a varias empresas que habían obtenido unos beneficios excepcionales por la subida de los precios de la energía o los cuellos de botella en el transporte o la logística. «para aligerar la factura de nuestros compatriotas».
“Gravar más en Francia significa producir menos en Francia”
“Sé que Total, CMA-CGM [armateur]distribuidores, varias otras empresas ya han hecho esfuerzos para redistribuir lo que han ganado directamente en el bolsillo del consumidor”explicó el Ministro, para quien “Gravar más en Francia significa producir menos en Francia”.
El presidente de Medef, Geoffroy Roux de Bézieux, había juzgado, por su parte, el lunes que «el mayor superlucrador (…), es el estado”. “Los ingresos fiscales del primer semestre de 2022 aumentan en 27.000 millones de euros”así avanzó.
Sin negar esta cifra, el Sr. Le Maire rechazó su análisis: “No se nos puede culpar, por un lado, por gastar demasiado para proteger a los hogares y las empresas y, por otro, decirnos que podríamos haber obtenido ganancias en esta área. »
“Lo que veo es que cuando bajas la tasa del impuesto de sociedades, aumenta la recaudación, prueba de la eficacia de nuestra política fiscal”martillaba el ministro entre aplausos.