Austria: el presidente verde saliente, Van der Bellen, reelegido en la primera vuelta


El presidente austriaco saliente,ambientalista Alexander Van der Bellen fue reelegido el domingo con la promesa de estabilidad en medio de la crisis energética. Apoyado por un amplio espectro de la clase política, el candidato de 78 años ganó sin sorpresas en la primera vuelta con el 56,1% de los votos, según las últimas proyecciones del instituto SORA. El resultado oficial no debería conocerse hasta el lunes. «Ahora es el momento de mirar hacia adelante y ponerse manos a la obra», comentó Alexander Van der Bellen en un mensaje de video publicado en Facebook.

Una extrema derecha debilitada

En el país alpino de 9 millones de habitantes, 6,4 millones de votantes -incluido el austroamericano Arnold Schwarzenegger, fuerte apoyo del presidente- fueron llamados a las urnas. «Estoy a favor de la estabilidad», dijo a la AFP Monika Gregor, una jubilada de 73 años, que calificó al presidente de hombre «muy inteligente».

Pero otros prefirieron dar su voz a candidatos de la sociedad civil. Alexander Nittmann, un desarrollador informático de 35 años, eligió al cantante punk Dominik Wlazny (8,4% de los votos), de su misma edad y fundador del «Partido de la cerveza». «Creo que un poco de aire fresco en la política no hace daño», explicó, considerando su campaña seria detrás del humor.

El partido de extrema derecha FPÖ, que casi gana a Alexander Van der Bellen en 2016 y soñaba con la revancha este año, se queda esta vez muy atrás. Walter Rosenkranz, un sexagenario poco conocido por el gran público, obtuvo este domingo el 17,9% de los votos, según estimaciones de SORA, contra la corriente de las recientes elecciones en Suecia e Italia. Los casos de corrupción han hecho perder terreno a la notoria extrema derecha de Austria. Hace seis años, fue la primera en Europa en acercarse a la victoria en una elección presidencial.

Fundado por ex nazis, el FPÖ perdió finalmente con más del 46% de los votos, epílogo de una papeleta con altibajos que había mantenido a Bruselas y a los socios occidentales de laAustria. Si el partido hubiera entrado entonces en el gobierno formando una coalición con los conservadores de los jóvenes Sebastián Kurztuvo que dejar el poder en 2019 tras un increíble escándalo y desde entonces nunca ha vuelto a recuperar su gloria pasada.

Una campaña sobria y clara, sin «turbulencias»

Ante estas turbulencias y la sucesión de cancilleres, Alejandro Van der Bellen, cuya función es en la práctica esencialmente ceremonial, ha podido garantizar la continuidad del Estado. Así pudo presentarse como «el único que puede evitar el caos», había comentado antes de las elecciones el politólogo Thomas Hofer, entrevistado por AFP. Este europeísmo también pasa por «integridad», subraya Julia Partheymüller, de la Universidad de Viena, que es «muy apreciada» en comparación con las «múltiples crisis que atraviesan muchos países europeos».

Lideró una campaña sobria, abogando por la «claridad» y la «competencia» para «cruzar las turbulencias con la mayor calma posible». Su perfil atípico, sin embargo, de ninguna manera le garantizaba tal destino político. Austero, un poco rígido incluso, agnóstico casado dos veces en tierra católica, el exjefe de los Verdes y decano de la facultad de economía de Viena ha sabido olvidar su fuerte anclaje en la izquierda para unir a la gente.

Irónico, gran fumador con una eterna barba de tres días, ahora está feliz de que lo fotografíen con loden, una chaqueta alpina tradicional, al pie de los glaciares para convencer de su patriotismo. Por ser un ecologista rarísimo al frente de una democracia, también es hijo de refugiados y ha heredado un exótico apellido bátavo: su familia protestante emigró de los Países Bajos a Rusia en el siglo XVIII. Su padre, un aristócrata, y su madre estonia se unieron a Viena durante la Segunda Guerra Mundial antes de mudarse al Tirol, huyendo de la llegada del Ejército Rojo.



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