Bloopers que cambian la forma en que ves a estos villanos del terror


La espeluznante película de fantasmas de John Carpenter de 1980, «The Fog», está ambientada en la tranquila ciudad costera de Antonio Bay, en California, que pronto celebrará su centenario. A pesar de su atmósfera pintoresca y sus extravagantes habitantes, Antonio Bay se fundó sobre la base de un oscuro secreto; Un siglo antes, los antepasados ​​de la ciudad provocaron intencionalmente la destrucción de un clíper que transportaba a un rico Blake leproso y su tripulación, y utilizaron el oro de los pasajeros asesinados para establecer Antonio Bay. La mayoría de los lugareños no saben nada de este sombrío pasado, pero reciben una brutal lección de historia cuando una misteriosa niebla envuelve la ciudad, trayendo consigo los espíritus vengativos de Blake y compañía.

Carpenter, una pequeña película de terror simple pero elegantemente realizada, extrajo bastante atmósfera y suspenso de una historia de fantasmas bastante sencilla. Esto se debe en gran medida a que sólo nos brinda vislumbres limitados de los espíritus vengativos, lo que permite que nuestra imaginación haga el trabajo pesado de evocar visiones horribles. Lo bueno también. En este error, un actor que interpreta a uno de los fantasmas mete su brazo podrido a través de una ventana rota, con una iluminación espeluznante y mucha niebla. Sin embargo, ahí es donde termina el terror, cuando una voz detrás de la cámara dice: «Ahora déjame ver tu cara allí», lo que llevó al actor a revelar el rostro de un tipo normal, totalmente no muerto, que muestra una sonrisa juguetona. ¿Es eso lo que esconde la inquietante niebla? ¿Solo unos chicos barbudos felices?



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