Bolonia, ciudad símbolo de la Italia anti-Meloni


Alrededor del ataúd, el sistema de sonido transmite estándares de Mina, la diva endiabladamente sensual de la canción italiana. En el ayuntamiento de Bolonia, en la tarde del 27 de marzo, una variopinta multitud se reúne en torno a los restos de Lucy Salani, fallecida cinco días antes, a los 98 años. En el transcurso de los discursos, las gargantas se abren o anudan, se mezclan risas y sollozos. «Derecho a la gula», está escrito en un cartel. “Asociación de ex italianos deportados en campos nazis”, reza una bandera.

Sobreviviente de Dachau, a su vez prostituta, tapicera o diseñadora de interiores, esta figura de las comunidades LGBTQIA+ cambió de género en la década de 1980. Nacida como Luciano Salani, Lucy se ha mantenido fiel a la ciudad donde creció, esta Bolonia que fue el primer municipio del mundo para elegir a una concejala transgénero, la activista y actriz Marcella Di Folco, en 1990. La faja de alcalde, de un solemne tricolor, se codea con los atuendos más coloridos de jóvenes artistas y activistas. Se muestran extractos de un documental sobre Lucy Salani. En el verano de 2022, la película se proyectó en la piazza Maggiore, que linda con el ayuntamiento.

Desde que Giorgia Meloni llegó al poder en octubre de 2022, el más rebelde de los lugares italianos ha visto una sucesión de manifestaciones contra el primer presidente del Consejo desde las filas de la extrema derecha. En este mes de mayo, los sindicatos han convocado un desfile, el día 6, bajo la estatua de Neptuno y su tridente afilado. Y el 20 de mayo, fecha de otro evento nacional, también se espera que más de un centenar de asociaciones gay, feministas o ecologistas se desplacen allí.

La estatua de Neptuno, piazza Maggiore, en Bolonia (Italia), donde los sindicatos han convocado manifestaciones para el 6 de mayo.  Aquí, 30 de marzo de 2023.

Un símbolo de lugar de un símbolo de ciudad, ubicado equidistante de los poderes políticos y económicos representados por Roma, al sur, y Milán, al norte. En Bolonia, el aire es de resistencia, tolerancia, extravagancia. En un país envejecido y retraído, donde la extrema derecha agita los espectros de la decadencia y una supuesta ideología despertada, la capital de Emilia-Romaña ofrece una alternativa joven, abierta y colectiva.

Brújula

De esta otra Italia, Elly Schlein, de 37 años, se ha convertido en el rostro: serio, sonriente. Fue en Bolonia donde estudió, siguió votando y fue elegida miembro del Parlamento. Nada más anunciarse la muerte de Lucy Salani, su homenaje fue, con diferencia, el más recogido por la prensa transalpina. Porque desde que tomó el timón del principal partido de izquierda, el Partido Democrático (PD), en febrero, «la» Schlein encarna la oposición a «la» Meloni (en Italia, el apellido de las celebridades femeninas suele llevar un artículo definido) .

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