Una de las razones son los efectos de la pandemia de la corona, que su familia sintió en la gran ciudad. Otro motor fue “la situación de guerra, que se siente mucho más cercana en Berlín”, explica el artista barcelonés. «Quería ofrecerle a mi hijo de cinco años, que ahora hace muchas preguntas, la oportunidad de mudarse a su segundo hogar, donde es más tranquilo», dice Brühl.
La familia vive en el campo, en la montaña y junto al mar, revela y se entusiasma: “Es un cambio radical, pero se siente fantástico”. Pero eso no es todo: es “una de las mejores decisiones que he tomado en 22 años”, concluye.