Carles Puigdemont, candidato de su “restauración” al frente de Cataluña


A unos treinta kilómetros de la frontera española, el pueblo de Elne, en los Pirineos Orientales, ha entrado en la historia mítica del independentismo catalán por haber servido de base de retaguardia para ocultar las urnas de plástico utilizadas durante el referéndum prohibido de Octubre de 2017. Sin duda no es casualidad que, el jueves 21 de marzo, fuera allí donde el expresidente del gobierno de Cataluña Carles Puigdemont anunciara su candidatura a las elecciones autonómicas del 12 de mayo. “Después de seis años y medio defendiendo la presidencia en el exilio, no rechazaré la posibilidad de restaurar esta presidencia injustamente depuesta”declaró, entre fuertes aplausos.

A la espera de la votación final sobre la ley de amnistía en el Parlamento de Madrid, destinada a permitir su regreso de Bélgica, de donde huyó de la justicia española tras el intento de secesión de octubre de 2017, Puigdemont ofreció un baño de multitudes en la “Cataluña del Norte”, como Los nacionalistas llaman la Cataluña francesa, ante más de mil personas, al no poder entrar en España, donde sigue siendo objeto de una orden de detención.

En un salón municipal abarrotado, el alcalde de Elne, Nicolás García (Partido Comunista Francés), le recibió con un breve discurso en catalán, elogiando la “víctimas de la represión y exiliados” procesado por haber defendido “la democracia y el derecho de un pueblo a decidir su futuro”.

“Desaliento y pérdida de confianza”

Delante de un enorme cartel con su imagen, acompañado de tres palabras, “Carles Puigdemont presidente”, sin el logo de su partido, Junts (Juntos, derecha nacionalista), ni ningún otro eslogan, el exlíder catalán dejó pasar a su gente atrás en el tiempo, para olvidar su precipitada huida poco después de declarar la independencia de la República Catalana, y proponerse “ completar con éxito el proceso de independencia”.

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Para ello, defendió las mismas herramientas que en 2017: “una candidatura independentista unida”quien va » más allá de [son] izquierda «, y, si es elegido, un “referéndum de autodeterminación”. Para quienes no vislumbran la novedad, insistió: “un referéndum, no una consulta”. Su gran rival, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que gobierna la región en minoría, rechazó la oferta de alianza. “ Después de abandonar el ejecutivo y votar en contra del presupuesto, proponer una lista única en medio de críticas equivale a repetir los errores del pasado”. comentó el oficialismo.

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