China se ha retirado de albergar la Copa Asiática 2023 debido a “circunstancias excepcionales provocadas por la pandemia del Covid-19”anunció la Confederación Asiática de Fútbol, la AFC, el sábado 14 de mayo.
El gigante asiático, que lucha contra su peor brote epidémico, ya ha cancelado o aplazado la organización de múltiples competiciones en su suelo, en particular los Juegos Asiáticos previstos para septiembre en Hangzhou. La Copa de Asia, que reúne a veinticuatro selecciones, se iba a disputar en diez ciudades chinas entre junio y julio de 2023. La AFC no especificó cuál sería el nuevo país anfitrión.
peor brote
China, que durante dos años había controlado bastante la epidemia de Covid-19 en su suelo, se enfrenta a un resurgimiento de la epidemia. Para hacer frente a esto, sigue su estrategia Covid cero, que se traduce en confinamientos y cuarentenas en cuanto aparecen algunos casos. Los 25 millones de habitantes de Shanghai (Este) están confinados desde principios de abril.
Antes de la pandemia, el país venía ganando impulso en el deporte desde la década de 2000, organizando un Gran Premio de Fórmula 1 en Shanghái, los Juegos Olímpicos de Verano de 2008 en Pekín, varios campeonatos mundiales o torneos de tenis. Sin embargo, a excepción de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de 2022, celebrados en febrero y marzo en plena burbuja sanitaria, China no ha albergado ninguna competición internacional importante desde el inicio de la epidemia, con el fin de evitar cualquier brote epidémico.
Los encuentros de atletismo de la Diamond League previstos para Shanghái (30 de julio) y Shenzhen (6 de agosto), el Gran Premio de Fórmula 1 de Shanghái y los torneos de tenis masculino y femenino quedan así cancelados.
Medidas drásticas
Al contrario de muchos países que optan por la “cohabitación” con el virus y levantando las restricciones, China continúa siguiendo una política de cero Covid. Estas medidas están perjudicando gravemente el transporte y las cadenas de suministro y han paralizado muchas empresas.
En los últimos días en Shanghái, el reforzamiento de la política de aislamiento ha venido acompañado de una lluvia de nuevas normas: prohibición de recibir entregas durante una semana y salidas prohibidas, incluso para citas médicas. Las residencias a salvo del Covid-19 durante semanas, que gozaban de cierta libertad, se encuentran nuevamente sometidas a las medidas más drásticas durante siete días. Sin embargo, el número de casos de contaminación está disminuyendo gradualmente, ya que Shanghai comenzó su séptima semana de confinamiento, con 3.717 casos el lunes 9 de mayo, luego de un pico de 27.600 casos a mediados de abril. No es lo suficientemente rápido para las autoridades.