Cine: vimos «El año del tiburón», la primera película francesa de tiburones de los hermanos Boukherma


Después del hombre lobo en «Teddy», le toca al tiburón pasar frente a la cámara de los hermanos Boukherma, en «El año del tiburón», en cines el 3 de agosto.

Con «El año del tiburón», en las pantallas el 3 de agosto, los hermanos Boukherma realizan «una fantasía cinematográfica», en este caso, la primera película francesa de tiburones, y continúan desdibujando las líneas entre géneros hasta su tercer largometraje.

En pleno verano, el terror aparece en las playas del Suroeste. Un tiburón ataca a los navegantes de Cap Ferret. Maja (Marina Foïs), una policía marítima a pocos días de jubilarse, deberá dar caza a la criatura junto a sus compañeros Blaise (Jean-Pascal Zadi) y Eugénie (Christine Gautier). Pero muy pronto se topan con las críticas de los lugareños…

¿Pronto una marca?

Aficionados al cine de género, Ludovic y Zoran habían dado que hablar con “Teddy”, un largometraje de hombres lobo protagonizado por Anthony Bajon. Combinando comedia rural y cine de monstruos, formó parte de la Selección Oficial del Festival de Cine de Cannes 2020.

Después de la licantropía, los gemelos, graduados de la escuela Cité du Cinéma de Luc Besson, se enfrentan a una nueva criatura, esta vez más realista: el tiburón. Si la acción parece estar en la punta de Cap Ferret, lo que se nos ofrece es una visión perfectamente fantasiosa de la costa de Aquitania. Los Boukherma queriendo dar un aire de cuento de hadas a su historia, confirman así su gusto por liberarse de las cajas para entregar obras híbridas, con un universo fuera de lo común.

tiburón y covid

Este universo singular se encuentra primero en la puesta en escena, con un enfoque singular de los ángulos de cámara y las distancias focales (la profundidad de campo que se representa en la pantalla, nota del editor). Tantos artificios utilizados para crear una sensación de angustia en los momentos de terror, o por el contrario, un aspecto «fuera de lo común» en las secuencias cómicas. Además, la película no escatima en imágenes gráficas que harán las delicias de los amantes de la hemoglobina.

Zoran y Ludovic Boukherma también se atreven, a través de esta historia de tiburones, a morder con dientes llenos los temas sociales. El Covid es así parte integrante de la película durante escenas que recuerdan el tratamiento mediático de la crisis sanitaria: el que no cree en ella, el tendero que sólo piensa en su negocio, tantos arquetipos que permiten que la película gane en densidad.

Los dos hermanos también van allí desde su punto de vista animal, negándose inicialmente a ver al tiburón como enemigo del hombre. Una postura que lamentablemente se derrumba durante la película. Al final, este largometraje, a caballo entre varios géneros, parece dudar en elegir el tono que le conviene.

Ni siquiera miedo

Si sobre el papel, todos estos elementos funcionan independientemente unos de otros, su montaje no parece necesariamente obvio en la pantalla. La mezcla de géneros es un ejercicio relevante, que puede resultar peligroso y al que los Boukherma no siempre parecen encontrar solución.

Tanto es así que terminamos desprendiéndonos de las aventuras que embargan a los protagonistas de “El año del tiburón”. Demasiado absurdo para asustar y, paradójicamente, demasiado básico para provocar hilaridad, el largometraje adolece de falta de equilibrio. Es el caso de las secuencias en homenaje al culto «Tiburón» de Steven Spielberg, que ya no sirven como simple mirada al padre del género. No obstante, saludaremos el éxito de los efectos especiales, firmados por Pascal Molina («La ciudad de los niños perdidos», «La espuma de los días»), que para un largometraje independiente de bajo presupuesto, siguen siendo impresionantes de principio a fin.

Audaz y burlesca, a “El año del tiburón” le falta el mordisco para helarnos la sangre. Pero la energía de los dos cineastas puesta en esta propuesta poco convencional refrescará los cines durante el abrasador mes de agosto que nos espera. Para ser reservado para un público informado.





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