Cómo los Fabelmans desmitifican el proceso cinematográfico y el propio Steven Spielberg


En la escena inicial de «The Fabelmans», Steven Spielberg nos lleva de regreso a donde todo comenzó: su primera película en un cine, la película de Cecil B. DeMille de 1952, «The Greatest Show on Earth». Como un niño ansioso, el joven Sammy está demasiado asustado para ir al teatro, y a través de las diferentes formas de consolarlo de Burt y Mitzi, se nos presenta el conflicto entre el cerebro derecho y el cerebro izquierdo que se cierne sobre su floreciente mente creativa. Burt le explica a Sammy el concepto científico de «persistencia de la visión», mientras que Mitzi tiene una respuesta mucho más imaginativa, «¡las películas son sueños!».

Después de ver la escena del accidente de tren, Sammy está obsesionado para siempre con esa secuencia de imágenes. El vagón saltando directamente hacia el tren, la forma en que salta por los aires después de la colisión, los planos y ángulos específicos, y la sensación del espectáculo que siente pero es incapaz de comprender. Pide un juego de trenes para Hanukkah, «¡Necesito verlos estrellarse!» le dice a sus padres. Burt no lo entiende, pero Mitzi sí, dejando en secreto que Sammy use la cámara Super 8 de su padre para replicar la secuencia del accidente de la película con el tren.

Esto ha dejado perplejos a algunos espectadores: ¿cómo es capaz de encuadrar y editar perfectamente la secuencia siendo un niño de 7 años que nunca ha usado una cámara? Es realmente simple, él sabe cómo filmar el choque de trenes porque lo ha visto antes. Como cualquier cinéfilo obsesivo, Sammy ha aprendido esas imágenes de memoria, y aunque creó algo único y nuevo a partir de su locomotora de juguete y la cámara de cine, nació de la familiaridad. Esta escena es crucial: es Spielberg mostrándonos descaradamente la importancia del homenaje.



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