«Star Trek» era una propiedad demasiado sabrosa para que CBS o Paramount la dejaran en barbecho, y cada lado trató de explotar «Trek» lo mejor que pudo. Paramount, que poseía los derechos cinematográficos de «Trek» pero no los derechos de televisión, básicamente tuvo que obtener la licencia de «Trek» de CBS para hacer una nueva película. Sin embargo, cierta jerga legal oculta impidió que Paramount usara los personajes y la iconografía del programa, lo que los obligó a hacer algo que fuera legalmente distinto. Su solución fue una línea de tiempo paralela, la línea de tiempo de Kelvin, en la que nuevos actores interpretaron personajes familiares, los uniformes eran ligeramente diferentes y se rediseñó el USS Enterprise. Esa fue «Star Trek» de JJ Abrams, estrenada en 2009.
Mientras tanto, CBS aprovechó la oportunidad para comercializar «Trek», distribuyendo tantos programas como pudieron a cualquier plataforma de transmisión que los tuviera. También significó una nueva superabundancia de DVD y Blu-rays de «Star Trek», algunos de los cuales fueron meticulosamente remasterizados. Finalmente, en 2017, CBS lanzó su propio servicio de transmisión, CBS All Access, y comenzó a hacer nuevos programas de «Star Trek» en la línea de tiempo original. Paramount hizo tres películas de «Star Trek» de Kelvin entre 2009 y 2016.
En resumen, tenemos que agradecer el mal funcionamiento del vestuario de Janet Jackson por el gran volumen de «Star Trek» que tenemos hoy.
Viacom eventualmente se volvería a fusionar en 2019, lo que permitiría a los fanáticos de la continuidad de «Trek» dar un suspiro de alivio. Ya no había necesidad de realizar un seguimiento de una línea de tiempo paralela. Pero, podría decirse, el daño ya estaba hecho.