Cómo supervisar la investigación sobre modelos de embriones


El 6 de septiembre, la revisión Naturaleza publicó un estudio que supone un nuevo avance en la fabricación in vitro de modelos de embriones humanos. Estos podrían permitir resolver muchas incógnitas sobre las primeras fases de nuestro desarrollo, liberándonos en parte del peso ético que pesa sobre el estudio de embriones reales. El equipo de Jacob Hanna (Instituto Weizmann de Ciencias, Rehovot, Israel), uno de los más avanzados en este campo, describe haber podido cultivar un cóctel de células madre embrionarias humanas hasta el estadio de trece a catorce días. Inmersos en el entorno adecuado, se multiplica espontáneamente para formar una entidad celular cuyo crecimiento imita el de un embrión real, pero también tejidos destinados a favorecer su implantación en el útero, operación que, por supuesto, no se llevó a cabo.

Esta nueva publicación ilustra los rápidos avances en el desarrollo de modelos de embriones humanos, o embrioides, capaces de sustituir en los proyectos de investigación a los embriones resultantes de la fecundación in vitro y que ya no son objeto de un «proyecto parental». Estos embrioides son capaces de desarrollarse hasta estadios cada vez más avanzados de organogénesis, es decir la formación de estructuras diferenciadas que permitan el desarrollo del embrión. Para apoyar estos avances sucesivos y guiar a los equipos franceses implicados en este trabajo, el consejo de dirección de la Agencia de Biomedicina hizo público, el miércoles 11 de octubre, un dictamen sobre estos modelos de embriones, cuyas características se parecen cada vez más a las de los embriones humanos reales.

Recuerde que estos últimos no pueden cultivarse en laboratorio con fines de investigación más allá de catorce días, límite establecido por la ley de bioética del 2 de agosto de 2021. Esta misma ley estipula que determinadas investigaciones con células madre embrionarias humanas (hESC) o células madre pluripotentes inducidas (iPS), que pueden conducir a la formación de embrioides, estaban sujetos a una declaración ante la Agencia de Biomedicina, que debe solicitar el dictamen de su consejo directivo.

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Esto es precisamente lo que ocurrió a principios de 2023, cuando el equipo de Laurent David (Universidad de Nantes) interrogó a la agencia sobre un proyecto de cultivo de blastoides utilizando células iPS. Se trata de modelos del embrión y anexos (futura placenta y saco vitelino), necesarios para la implantación en el útero. “Hice la pregunta sobre el plazo, en aras de la transparencia.indica Laurent David. Ya no queremos que se realicen investigaciones sobre el tipo de bebé Crispr”, donde la sociedad se enfrenta a un hecho consumado. Se refiere al nacimiento en China, a finales de 2018, de niñas gemelas cuyo patrimonio genético había sido modificado en secreto.

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