Contaminación plástica: París, un paso crucial en las negociaciones de un tratado internacional


Siete años después de la COP21, París vuelve a estar en el centro de la diplomacia medioambiental. Mil delegados de 175 países y más de 1.500 científicos y representantes de la sociedad civil y la industria se esperan del 29 de mayo al 2 de junio en la UNESCO con una misión tan ambiciosa como peligrosa: “Poner fin a la contaminación plástica” a través del desarrollo de un tratado internacional legalmente vinculante para 2024. La urgencia es proporcional a la amenaza que representa para los ecosistemas, la salud humana o el clima: cada año se generan más de 350 millones de toneladas de desechos plásticos en todo el mundo.

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La negociación, puesta bajo la égida de las Naciones Unidas, está sólo en sus inicios. El objetivo es lograr “el acuerdo ambiental multilateral más importante desde el acuerdo de París [sur le climat] », resume la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen. Una resolución calificada como«histórico» fue adoptado el 2 de marzo de 2022 con la creación de un Comité Intergubernamental de Negociación (CIN).

Después de Punta del Este (Uruguay), a finales de noviembre de 2022 París acoge la segunda de las cinco sesiones de negociación previstas hasta finales de 2024. Promete ser un «paso crucial» para el Ministro francés de Transición Ecológica, Christophe Béchu “Hay una ventana imperdible para la diplomacia ambiental. »

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El mandato encomendado a la CIN invita a los Estados a tener en cuenta todo el ciclo de vida de los materiales plásticos, desde la extracción de los combustibles fósiles hasta la disposición de los residuos, y no solo su gestión. Varias opciones correspondientes a diferentes niveles de ambición están sobre la mesa de negociaciones. Una coalición presidida por Noruega y Ruanda y que agrupa a una cincuentena de países, entre los que se encuentran Francia, Alemania, Reino Unido y la Unión Europea, defiende un texto “alta ambición”. Las propuestas de la coalición, que pretende acabar con la contaminación plástica para 2040, irrigan el documento presentado a los negociadores. esto tiene doce «obligaciones básicas potenciales» que se descomponen en múltiples «opciones».

Reciclaje estancado al 10%

“La máxima prioridad es reducir la producción de plástico”, insiste Christophe Béchu. Según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la producción mundial podría triplicarse para 2060 hasta superar los mil millones de toneladas anuales. Se planean varias medidas para detener esta explosión. La principal es fijar objetivos globales de reducción de la producción de plástico virgen, con compromisos nacionales a cumplir, o incluso incentivos fiscales o impuestos. Otra pista tiene como objetivo prohibir o restringir el uso de plásticos que son menos necesarios y más problemáticos para el medio ambiente y la salud.

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