“Después de 1945 como hoy, el Estado sigue siendo la forma de organización colectiva capaz de evitar la catástrofe”


Ll término “planificación ecológica” ha entrado en el vocabulario actual de la política francesa. La referencia a la planificación posterior a la Segunda Guerra Mundial se justifica por el reconocimiento de un objetivo económico y social común que supera a todos los demás porque es, en rigor, vital. La reconstrucción de la posguerra se vio efectivamente como la única forma de sacar a la sociedad de la miseria y el racionamiento, y la modernización, el otro objetivo del plan, como el único escape de lo que se percibía como el colapso. «maltusiano» de la civilización entre las guerras. Como hoy, había un sentimiento compartido de absoluta necesidad y el reconocimiento de que, a pesar de sus imperfecciones, el Estado era la forma adecuada de organización colectiva capaz de orientar a la sociedad y evitar la catástrofe.

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Por supuesto, esto no significa que deban desaparecer o sufrir otras formas de organización colectiva y de libertad individual. Sin duda, historiadores y economistas debatirán durante mucho tiempo si otra organización y otras políticas habrían sido más beneficiosas para las economías europeas después de 1945, pero está claro que la reconstrucción tuvo lugar y que fue seguida por un importante proceso de innovación y modernización. , antes de que la planificación fuera deslegitimada por el bache económico de la década de 1970. Los principales objetivos fueron, en su mayor parte, rápidamente alcanzados, lo que no puede dejar de despertar interés hoy, ya que las acciones decisivas deben tomarse en pocos años.

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Dentro de las economías capitalistas, es sin duda en Francia donde la planificación fue la más teorizada y reivindicada, pero muchas características eran compartidas por otros países, si bien -es obvio cuando hablamos de intervención del Estado- cada país tenía sus particularidades y su vocabulario. La planificación se basó en varios principios, algunos de los cuales todavía pueden tener sentido hoy en día: desarrollo de capacidades técnicas e integración de estas dentro de las administraciones, vertical (dentro de un mismo sector de actividad) y horizontal (entre sectores de actividad), integración europea e internacional , reorganización del sector financiero al servicio de los objetivos de planificación.

Estructuras de consulta

El desarrollo de capacidades técnicas y la integración de las políticas públicas con la investigación fueron dimensiones importantes del plan, tanto al interior de las administraciones como de las empresas públicas y privadas. Desde «tareas de productividad» aprender tecnologías extranjeras, al desarrollo de departamentos de investigación en grandes empresas nacionalizadas, y la creación de centros de investigación fundamental, todo se organizó para que el conocimiento alimentara objetivos tecnológicos. No debemos caer hoy en la ilusión de que solo la tecnología y la innovación nos sacarán del apuro ante la crisis medioambiental, pero podemos medir hasta qué punto no se puede conseguir la rehabilitación energética de los edificios o el desarrollo de energías libres de carbono sin inversión en investigación y formación, ni sin reestructurar las administraciones.

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