Después de la Eurocopa 2022: 5 buenas razones para creer en el futuro de Les Bleues


Entre los clichés más utilizados en el mundo del deporte profesional, «el grupo vive bien» encuentra una resonancia muy particular en el contexto de esta selección francesa. Saliendo magullado, fracturado, casi roto, del Mundial 2019, la selección tricolor ha sabido reconstruirse pacientemente en torno a un núcleo fuerte y revitalizado. Corinne Deacon decidió en el acto. No más olas, rivalidades entre clubes (PSG-OL-Juvisy en ese momento) y egos considerados demasiado engorrosos. Como tal, Amandine Henry y Eugénie Le Sommer fueron despedidas sin contemplaciones. Gaëtane Thiney o Viviane Asseyi también. Si a nivel deportivo, estas elecciones parecen cuestionables, a nivel humano, la estrategia parece haber valido la pena.

Así, en Inglaterra, la despreocupación y el buen humor parecían reinar en las filas azules. Afinidades sin aspavientos, sin clanes y un grupo muy unido donde cada uno ha aportado su piedra al edificio. El único jugador de campo que no entró en el juego, Hawa Cissoko, por ejemplo, jugó un papel crucial. “Es gracias a su alegría de vivir. Siempre tiene una palabrita para nosotros. Es cercana a cada uno de nosotros, hace de nexo entre los jugadores, y también con el cuerpo técnico”decía Clara Mateo, en las columnas de El equipo. «Las chicas me dicen que traigo ligereza. Puedo hablar con todos, puedo conectar a todos»juzgó, por su parte, principal interesado antes del inicio de la competición.

Esta hermosa alquimia es, sin duda, una piedra sobre la que construir el futuro (Mundial 2023, Juegos Olímpicos 2024…). «Hemos construido algo importante con un grupo muy amable, trabajador y al que no le gusta perder»subraya la entrenadora Corinne Deacon.



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