El crecimiento chino resiste en el primer trimestre


A pesar de la política cero Covid implementado por Beijing, el crecimiento chino mostró un vigor asombroso en el primer trimestre. Según cifras publicadas el lunes 18 de abril, el crecimiento fue de 4,8% en el primer trimestre, en comparación con 2021. Esto es más de lo esperado por los economistas que, según el panel de Bloomberg, apostaban en cambio a un crecimiento de 4,3%. En el último trimestre de 2021, había sido solo del 4%.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas, el crecimiento fue impulsado en marzo por la actividad industrial (+5% en un año), la inversión en capital fijo (+9,3%) mientras que las ventas minoristas han disminuido (-3,5%). El desempleo urbano ha aumentado al 5,8 %, pero el de los jóvenes de 16 a 24 años es mucho más alto, al 16 %.

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Si, finalmente, el primer trimestre fue honroso, el segundo corre el riesgo de no serlo tanto. Cuando el Centro Nacional de Exposiciones de Shanghái -escaparate comercial de esta ciudad que quiere ser ella misma el escaparate del país- se transforma en un hospital de emergencia para albergar a más de 40.000 personas con Covid-19, es toda China la que está enferma. Porque el confinamiento del capital económico desde 1ejem Abril es solo la punta del iceberg: de las cien principales ciudades chinas, solo trece no han implementado ninguna medida de restricción sanitaria, según la firma Gavekal Economics.

En cámara lenta

En el resto del mundo, especialmente en Pekín, se hace todo lo posible para disuadir a la población de abandonar la ciudad y las empresas de transporte y logística viven una auténtica pesadilla. En este contexto, marcado también por la guerra en Ucrania, la economía se está desacelerando evidentemente.

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A principios de marzo, el gobierno había fijado una meta de crecimiento del 5,5% anual. Una cifra modesta -en todo caso, la más baja que China conoce desde hace treinta años a excepción de 2020-, pero más ambiciosa de lo que pronostican la mayoría de los economistas.

Si bien los bancos centrales occidentales tienden a aumentar las tasas para combatir la inflación, China no puede permitirse el lujo de reducir sus tasas masivamente.

Ante una situación económica sombría, el primer ministro, Li Keqiang, multiplica las reuniones y sugiere que se prepara un plan de recuperación, pero mientras el presidente Xi Jinping no cuestione la política “cero covid”, la mayoría de las medidas tendrán tanto efecto como un yeso en una pata de madera. Pese a todo, el Banco Central anunció el viernes 15 de abril que la tasa de encaje legal, es decir, la parte de los depósitos que los bancos están obligados a mantener en sus arcas, se reducirá en 0,25 puntos a partir del 25 de abril. Una bajada destinada a animar a los bancos a conceder más crédito y por tanto a apoyar la economía.

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