Otro de los mejores momentos de la película, cuando Indy dispara a un espadachín, proviene de un momento de improvisación (incluso si el guionista Lawrence Kasdan lo odiaba), por lo que ya existía un precedente para improvisar un poco en «Raiders». Spielberg explicó su inquietud ante el gran final:
«Lo único que tenía un poco de duda en Raiders era lo que sucede cuando abren el arca. ¿Qué es lo que realmente va a salir del arca? Había muchas cosas locas en el guión que salían del arca. No estaba seguro de cuánto podíamos mostrar en la pantalla. Inventamos mucho cuando estábamos en postproducción».
En el guión, el comienzo es absolutamente loco, con descripciones de una «luz tan brillante, un poder tan temible, una carga tan impactante, que no hay nada en nuestro mundo que se pueda comparar con ella» y un «sonido tan intenso y tan extraño». y tan inquietante que los sugestionables entre nosotros podrían imaginar que es el susurro de Dios», que son básicamente imposibles de transmitir a través de una película, por lo que Spielberg y su equipo tuvieron que ser creativos. Se las arreglaron para transmitir algo de eso, como los rayos de luz blanca que salen disparados del Arca, pero el resto terminó siendo un poco estroboscópico y una increíble fusión de rostros nazi. Yo, por mi parte, no me quejo. Por muy impresionante que sea la descripción que hace Kasdan del momento, ¿a quién no le encanta que le derritan la cara a un nazi?