Matthew Harris creció en Montego Bay, Jamaica, y recuerda una regla familiar importante que le dijeron cuando era niño: «Asegúrate de tener siempre buenas joyas, porque si algo sale mal, véndelo». Harris se lo tomó en serio y usó un brazalete de tenis en la muñeca y una cruz de diamantes en el cuello desde que tiene memoria: tener joyas de oro era una tradición de la familia Harris. Alerta de spoiler: creció hasta vender joyería, creando su propia marca de joyería fina, Mateo.
Pero cuando Harris comenzó a fabricar joyas en 2009, fue por necesidad. “Cuando buscaba joyas para hombres, solo eran piezas feas con aspecto de calavera, que me negaba a usar”, dice Harris. Así que se dirigió al distrito de la joyería en la ciudad de Nueva York y aprendió por sí mismo cómo armar piezas. Vivió en Nueva York hasta 2019, pero “lo estresaba”. Ahora, Harris vive en Lisboa, Portugal, donde ha estado durante dos años. “Me siento a gusto cuando estoy aquí”, dice Harris. Y como diseñador, una vida cómoda marca la diferencia. Sin embargo, convertirse en diseñador no siempre estuvo en las cartas para él. “No fui a una escuela de moda elegante. Ha sido un talento innato y una gota de suerte”, dice. En un año, alguien del equipo de Rihanna sacó una pieza para que ella la usara, un collar de oro de 14 quilates. La gente empezó a pedirle una colección completa, de mujer. Así que pensó, ¿Por qué no? En 2015, creó una colección completa para mujeres utilizando una pieza única: un lingote de oro. Hoy, Mateo presenta collares de oro de 14 quilates, anillos adornados con diamantes y piezas únicas nacaradas. A continuación, Harris habla de Mateo, la joyería de inversión y la inspiración de todas partes.
Foto: MATEO
¿Cuál fue la inspiración detrás de tu primera pieza?
Me mudé a Bed-Stuy en 2009, y cuando nos mudábamos, se cayó un tornillo de la pared y yo estaba como, ¿Por qué un tornillo no es un collar o una pulsera? Fui a Home Depot y compré un montón de tornillos y clavos. Cogí también una caja de herramientas, llegué a casa y me dije que iba a transformarla en joyas. Así fue como toda la idea cobró vida.
Ahora que te has expandido a piezas más elevadas y también de mujer, ¿de dónde más te inspiras?
Solía amar Nueva York, pero Nueva York me estresa muchísimo. Eso sí, me inspira mucho. Estuve allí la semana pasada y vi a una chica subirse al tren con mucha indiferencia y aspecto rudo. Me imaginé qué piezas se verían bien en ella. Así me inspiro. No necesito estar en una atmósfera particular. Siempre camino con un cuadernito y voy tomando notas. Mi hogar, Jamaica, aparece mucho en mi trabajo, a mi manera personal. Creo que cuando la gente piensa en Jamaica espera ver aretes de bambú o joyas de colores reggae, pero mi influencia cultural es mucho más sutil. Muchas de mis piezas son de oro amarillo y usamos mucha malaquita, una piedra preciosa verde audaz; ambos colores son parte de la bandera de Jamaica. También hay mucho ónix negro en mi trabajo, que representa a la gente y la fuerza de la nación.
¿Qué hace que una gran pieza de joyería le añada ese carácter elevado?
Para mí, lo que hace que un collar, una pulsera o cualquier pieza de joyería sea excelente es la facilidad de uso. Si está gastando dinero en joyas, debe poder usarlas todo el tiempo y obtener el valor de su dinero. Una gran pieza tiene que ser siempre atemporal, así que si hago algo y no puedes usarlo a menudo, no está en nuestra colección. Tenemos algunas piezas que son un poco extravagantes, pero al final del día, tienen una simplicidad que te permite usarlas todo el tiempo.
¿Cuál es una pieza de joyería con la que todo el mundo debería empezar?
Algo con una inicial: es moderno y personal.
También diseñas bolsos muy chic. ¿Cómo difiere tu inspiración al diseñar bolsos en lugar de joyas?
No soy el típico diseñador de bolsos. No estoy lanzando un nuevo bolso cada temporada, así que si voy a hacer un bolso, tiene que ser atemporal o tener una forma innovadora. Es por eso que ni siquiera hemos lanzado una nueva bolsa recientemente. No estoy tratando de agregar otra bolsa en el mercado.