El gobierno ha elegido un término medio entre los gigantes del comercio electrónico y los libreros sobre el tema del franqueo mínimo para los libros. La cantidad retenida es de 3 euros para pedidos de hasta 35 euros, anunció el despacho del Ministro de Cultura el jueves 22 de septiembre.
Este precio es el recomendado por el regulador postal, la Autoridad de Regulación de las Comunicaciones Electrónicas, Correos y Distribución de Prensa (Arcep), al lanzar una consulta pública sobre el tema.
Los gastos de envío de los libros ya no pueden ser cero desde una ley de 2014, pero Amazon y Fnac los fijan sistemáticamente en 0,01 euros.
Más allá de los 35 euros, el ministerio ha decidido mantener el statu quo, con un suelo de 0,01 euros. La decisión del gobierno aún debe enviarse a la Comisión Europea, que emitirá una opinión antes de que la ley entre en vigor.
Una ley adoptada en diciembre de 2021 tenía como objetivo aumentar el precio mínimo para alentar a los consumidores a ir a las librerías en lugar de realizar pedidos en línea. El legislador ha dejado en manos del ejecutivo fijar los montos.
Defensa de los libreros contra “virtualmente gratis”
Durante la consulta pública de Arcep, Amazon dijo que estaba a favor de una cantidad de 1,49 euros, es decir, el precio «libros y folletos» por un libro entre 250 y 500 gramos a la Unión Europea, Reino Unido o Suiza.
Los libreros argumentaron en contra de lo que llamaron “prácticamente gratis”, abogando por un mínimo de 4,50 euros, o incluso más. En el mercado del libro, Francia destaca por haber sido el primer país del mundo, en 1981, en aprobar una ley que impone un precio único a los libros nuevos, entre otras medidas para garantizar la sostenibilidad de las librerías.
Según el Syndicat de la Librairie Française, esto ha permitido el mantenimiento de una de las redes de librerías independientes más densas del mundo, con 3.500 de ellas vendiendo «casi uno de cada dos libros».