El Gobierno presenta un plan de apoyo a la agricultura ecológica, un sector que atraviesa una crisis sin precedentes


Acostumbrado a sacar la chequera para ayudar a sectores agrícolas en apuros, el Gobierno se hizo sordo a los llamados de ayuda de la agricultura ecológica. Y, sin embargo, atraviesa una crisis sin precedentes desde hace dos años, provocada por una repentina caída de las ventas. El Ministro de Agricultura, Marc Fesneau, finalmente decidió revelar, el miércoles 17 de mayo, durante un viaje a una granja lechera en Oise, un plan de apoyo, con un monto de ayuda de emergencia aumentado a 60 millones de euros, y una dotación global mencionada de 200 millones de euros.

Esta cantidad incluye los 10 millones de euros de ayuda concedida por la Primera Ministra, Elisabeth Borne, durante su visita al Salón de la Agricultura de París a finales de febrero. Una suma a comparar con los anteriores cheques gubernamentales girados a la orden de La Ferme France, como los 1.200 millones de euros pagados al sector avícola, ante una crisis aguda de gripe aviar, o los 270 millones de euros liberados para el porcino sector.

Si bien indicaba un cambio de doctrina y un reconocimiento de la situación de emergencia, el anuncio del jefe de Gobierno fue considerado notoriamente insuficiente. “Esto supone una media de 160 euros por explotación ecológica”cree Philippe Camburet, presidente de la Federación Nacional de Agricultura Orgánica (FNAB).

La FNAB estimó, en 2022, en 151 millones de euros el importe de las ayudas necesarias para descongestionar la tesorería de las explotaciones ecológicas, más concretamente en los sectores más afectados, como el lácteo, el huevo, el porcino y el hortofrutícola. “Para el sector lácteo ecológico estimamos la necesidad en 70 millones de euros”, subraya Nathalie Delagnes, criadora de Aveyron y presidenta de Biolait. Esta cooperativa láctea se enfrenta a una caída del consumo.

Giro de vuelta

“Entre 2019 y 2021, el mercado de productos lácteos orgánicos cayó un 5%. El descenso se intensificó en 2022 hasta el –12%”, dice Nathalie Delagnes. Un cambio real ya que el mercado disfrutó de un crecimiento de dos dígitos hasta 2020. La producción estaba tratando de mantenerse al día con la demanda, duplicándose en cinco años. Por lo tanto, el mercado se desestabilizó repentinamente y el sector tuvo que gestionar los excedentes degradando la leche ecológica para venderla como convencional. La clave es una menor valoración de la leche, en un momento en que los costos en las granjas aumentan con la inflación.

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El riesgo es presenciar el desánimo de los ganaderos dispuestos a tirar la toalla oa reconvertirse, es decir, a dejar el mundo de la agricultura ecológica para volver a la agricultura convencional. El fenómeno ya es perceptible. “El número de nuestros miembros se ha reducido en un 5%. Dos tercios se han jubilado, a veces antes de tiempo, y un tercio se ha perdido»., testifica Nathalie Delagnes. Lo que es cierto para el sector lácteo también es cierto para otros sectores de agricultura orgánica.

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